La verdad es que la lectura de Fantasmagórico (1982) de Lou Carrigan
(Antonio Vera Ramírez) ha supuesto todo un placer. Quizá debido a que se trata
de un bolsilibro publicado en la colección Selección Terror Extra, lo cual
implica que dispone del doble de páginas que un volumen normal, Carrigan tiene
tiempo de sobra para plantear con tranquilidad su trama fantástica, sin
precipitarse en ningún momento pero tampoco sin demorarse o alargar inútilmente
su historia. Se sirve de una construcción clásica en lo que respecta al relato
de fantasmas, esto es, buscando más efecto en la atmósfera de la narración y en
su tono espectral antes que sorprendernos a golpe de martillo sanguinolento o
sustos de caseta de feria. Aunque alguno hay, no desmerece el resultado pues
Carrigan dosifica con inteligencia y no satura al lector. Eso sí, esto no
impide que este relato de espectros vengadores derive en un final
granguiñolesco tan divertido como salvajemente gore.
En el pueblecito de Yellow Pine se están
sucediendo extraños acontecimientos que tienen aterrorizada a su exigua
población. Nada más y nada menos que un fantasma que se dedica a meter miedo a todos. Eso al
principio, porque pronto se las apañará para matar sin compasión y de manera
poco espiritual a algunos miembros de la comunidad. Carrigan mantiene una
magnífica atmósfera de misterio en un pueblo que asemeja ser una habitación
cerrada. Había momentos en que llegué a pensar que la historia versaba sobre un
pueblo habitado por espectros debido a la forma en que muestra la conducta de
los habitantes de ese pueblo de sempiternas calles vacías, consumidas por el
miedo y la niebla. El joven Adam Crane llega a la población por invitación de
una joven a la que ha conocido por un anuncio de contactos en el periódico. Es
acogido con la habitual poca simpatía de los lugareños, exacerbada además
porque cuando Crane explica a quién ha venido a visitar le explican que la
joven Pamela Hereford, su amor en ciernes, murió hace ya dos años. Un punto de
partida excelente que Carrigan sabe aprovechar con acierto.
Si toda la atmósfera de angustia y opresión
provocadas por el agresivo fantasma están muy bien reflejadas en la novela, no
ocurre lo mismo con las apariciones espectrales, algo mecánicas y rudas. Apenas
hay preparación y Carrigan nos las lanza a la cara casi sin tomarse el precioso
tiempo de irnos preparando el terreno. Es una pena porque esto provoca que el
relato pierda fuerza, aunque tampoco lo hunde. Solo es que uno lamenta que
estando el tono general tan bien conseguido Carrigan no se muestre tan fino en
lo particular. Pero no nos quejemos demasiado: Fantasmagórico es un excelente bolsilibro teniendo siempre en
cuenta sus modestas pretensiones. Y, como ya dije, el final es todo un carnaval
bestiajo y además está repleto de sorpresas a porrillo. Mantiene ese humor
típico de sus novelas, aunque en esta ocasión sabe contenerse cuidando de no
romper el ambiente fantasmal con diálogos demasiado chistosos, aunque algo de
su chispa permanece. También esto estalla en el desenlace, donde uno es capaz
de oír las carcajadas de Carrigan mientras va desmadejando horror tras horror y
barbaridad tras barbaridad. Queda así una novela muy entretenida, con buenos
momentos aislados pero del que lo más destacable sería esa atmósfera de pavor
irrefrenable que se va adueñando de todo un pueblo y lo mantiene suspendido en
el horror.
El
reino de los infiernos (1983) no está tan conseguida, aunque el tono delirante
y su desarrollo algo loco consigue mantenernos interesados. Se trata más de una
aventura a la manera de las del agente 007, en el puro estilo James Bond contra
el Doctor No. El líder de una no sabemos si siniestra o chiripitifláutica
secta, Arcangélico, está decidido a destruir el mundo activando todos los
volcanes de la Tierra, una idea tan desatinada que resulta, negádmelo si os
atrevéis, simpática. Es la destrucción total o pagar cientos de millones de
dólares al malvado Fu Manchú de turno.
Una novela muy divertida, eso sí, sobre todo
en los diálogos que mantienen la pareja protagonista, que son chispeantes,
rápidos y vivaces, como es habitual en Carrigan. La trama no deja de ser una
chorrada, aunque ese infierno de pacotilla, con el remate en ese Infierno Permanente
de imposible nombre (¿cuándo el infierno bíblico ha sido a ratos?) que más
asemeja una atracción de feria y sus torturas de festival gore están contadas
siempre manteniendo ese equilibrio raro entre horror y humor que, también, es
tan propio del autor. No es una de las mejores obras que he leído de Lou
Carrigan, pero no deja de ser un buen y entretenido Carrigan. Solo falla el
argumento, la historia que nos narra, la cual hubiera sido deseable que hubiera
tenido un poco más de enjundia. No es una falta grave. Ni tampoco le podemos
exigir más.
CARRIGAN, Lou. Fantasmagórico. Ilustración de
portada: Sommer. Barcelona: Bruguera, 1982. 190 p. Bolsilibros Bruguera,
Selección Terror Extra; 4. ISBN 84-02-08799-X.
CARRIGAN, Lou. El reino de los infiernos.
Barcelona: Bruguera, 1983. 96 p. Bolsilibros Bruguera, Selección Terror; 554.
ISBN 84-02-02506-4.
6 comentarios:
Ese autor me suena de mucho. Cuando estaba en la mili, mi madre me compraba libritos de ese tipo. También recuerod que había unos de los "cuatro karatekas" que se dedicaban a desfacer entuertos. Alguno que otro, pero pocos, de Marcial Lafuente Estefanía, y Keith Luger.
Eso, por no ocntar con la saga de los Aznar. Mucho me entretuvieron esos libros de bolsillo. Qué gratos recuerdos.
Saludos.
¡Hola Tío Antonio! Había bolsilibros de todas las temáticas. Y la verdad es que esos de karatekas siempre me han llamado la atención, más que nada porque en esa época, finales de los 70 y primeros 80, se pusieron de moda las películas de kung-fú y hala, ellas también tendrían su reflejo en este tipo de literatura. Y de la saga de los Aznar qué vamos a decir: una saga de ciencia ficción que el tiempo ha convertido en clásica. Quizás algo mitificada en exceso, pero su carácter de única en nuestro país garbancero la hace simpática casi a la fuerza...
chungos de pillar, los vengo buscando hace tiempo!
Gracias por sacarlos del baúl!!!
¡Hola Unknown! Casi todos los bolsilibros que he comentado en "La décima víctima" son originales, son muy pocos los que he conseguido por descarga en la red. Estos dos pertenecen a este último grupo, así que si buscas quizá des con ellos sin mucha dificultad. Siempre que no te importe demasiado leerlos en un formato que no sea el original, claro. A mí no me gusta nada, pero si no hay otra forma...
¡Saludos, y gracias por comentar!
gracias por las reseñas de bolsilibros para aquellos que no podemos conseguirlas!
¡Hola Ari! Gracias por comentar. La verdad es que estos dos bolsilibros los tengo en formato digital. Están fáciles de encontrar en la red.
También para ti, Unknown: si tenéis problemas en localizarlos, escribidme al correo electrónico que está en la parte superior derecha de la página y os los paso sin problemas. Es un rollo leerlos así, pero como ya he dicho, si no hay otra forma...
¡Saludos!
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