miércoles, junio 04, 2008

Insólitas ofertas



Si afirmo que soy un devoto de las publicaciones de la EC, confío en que a nadie le sorprenderá. En fin, qué os puedo decir de Tales from the Crypt, The Vault of Horror y The Haunt of Fear ahora que podemos disfrutar de todas ellas publicadas cronológicamente en español en esos maravillosos tomos de Planeta bajo el epígrafe Clásicos del terror. Hay historietas excelentes en esos tebeos, pero incluso cuando alguna baja el listón de calidad, lo que no se puede negar es que, leyendo varias seguidas, crean un ambiente mórbido, macabro y espeluznante que ningún aficionado al género debe desdeñar. Aficionado de los de verdad, no de los que leen cómics o ven películas de nuestro género solo para echarse unas risas.

Vale, vale, yo también me río con algunas, qué remedio.

También soy un modestísimo coleccionista de material de la Warren: Creepy, Eerie, Vampirella, Famous Monsters, Vampus... ¡Hay un montón! Pero en esos locuelos 70 había más, muchas más.

Conservo cuatro números de la extraña Hora T con excelentes aventuras de El hombre araña y La zarpa de acero.

Pero, y aquí comienzo ya a pisar terreno resbaladizo, sigo comprando (no compulsivamente, no soy coleccionista de verdad) cuando los encuentro, o voy releyendo los viejos si no doy con más, alguno de aquellos cuando menos curiosos cómics que proliferaron por esos años: Dossier negro, Delta, Infinitum 2000 y Escorpion (así, sin tilde). Ya, ya, hay más, pero procuro limitarme a estas por el momento porque mi presupuesto no da más de sí. Escorpion en concreto es ciertamente abisal. Pero le tengo cariño. Recientemente descubrí que la misma editorial había sacado otro puñado de títulos terroríficos. Pude echarles un vistazo en una reciente feria del libro en mi ciudad. Disculpad que no recuerde los nombres, pero si conocéis Escorpion, pues imaginad lo mismo tanto por dentro como por fuera salvo que con títulos del tipo Terror, Horror, etc. Así de directo, a saco a lo que importa y sin buscar metáforas en el nombre porque aquí no estamos para florituras. Ahora me da rabia no haber comprado alguno, pero creedme que dejé tan vacíos los cajones de los Creepy y los Dossier negro que solo uno más habría significado el desastre económico del año.

¡Pero ya está bien! ¿A qué demonios viene este rollo infumable, estos recuerdos ñoños cargados de retórica retro? 

Pues que leyendo el número extra de abril de 1973 de la revista Vampus, aparte de algunas buenas historietas, me he topado con esta excepcional página de publicidad, Insólitas ofertas, que no he podido reprimir mostraros aquí. Si pincháis sobre la imagen podréis contemplarla en tamaño grande, como corresponde admirar semejante joya. Y, atención, porque si admirable resulta lo que ofertan, mejores aún son los textos descriptivos.


De las "descomunales garras de monstruo" se afirma que son "terroríficamente nauseabundas y repugnantes". Eso sí, "permiten todos los movimientos de las manos consiguiendo el más espectacular y macabro efecto". Siendo así, me las pido.


De la "mano cortada", todo un clásico, me encanta la primera frase: "Tamaño natural, en repulsivo color cadáver". ¡Cómo resistirse! El texto da unas ideillas de cómo utilizarla en forma de magníficos bromazos.


De las "espeluznantes máscaras" destacaría que consiguen "un realismo pavoroso". Y, por descontado, los tres modelos: Satanás, Bestia de las cavernas y Espectro errante (en este último, el dibujo lo que muestra en realidad es una cara de bruja, pero hay que reconocer que no deja de ser "espeluznante").


La "estremecedora calavera" es un objeto que no necesita publicidad para querer uno comprarla, pero el deseo se hace mayor si se puede leer junto a su ilustración correspondiente cosas como "color hueso de varios siglos de antigüedad" (¡¡¡varios siglos!!!), que nos puede resultar útil hasta para "recitar a Hamlet" (aquí le doy un 10, un sobresaliente como un camión, al anónimo autor de estos textos por su excelente sentido del cachondeo macabro; lo digo en serio, ¿eh?) o, jeje, que se le "pueden colocar dos bombillitas en los ojos". No sé qué hago que no estoy rellenando el cupón de pedido ya.



Y, por último, el objeto que casi me atrevería a decir que es mi favorito en lo que a texto descriptivo se refiere. Por desgracia no lo acompaña un dibujo demostrativo. De este genial artículo no voy a decir nada. Mejor que vuestros ojos lo lean y vuestras mentes lo asimilen. Tranquilos, no daña el cerebro. Bueno, no daña al mío, jajajaja (risas macabras... ¡No! ESPELUZNANTES).