domingo, septiembre 15, 2013

El Rey de los Elfos: Goethe bajo la mirada de Borja González



En tiempos en los que los soportes electrónicos para leer libros buscan imponerse al tradicional en papel, nuestros amigos de El Verano del Cohete (Mayte Alvarado, Borja González- Los Ninjas Polacos- y Rui Díaz) nos regalan los sentidos con la segunda entrega de su gigantesca editorial haciendo inane esta batalla: con libros tan hermosos, tan cuidados hasta el mínimo detalle, en definitiva, realizados con tanto amor, el frío soporte de metal no tiene nada que hacer. Y no es que reneguemos de los tiempos que nos ha tocado vivir: es solo recordar que hay cosas demasiado bellas para dejarlas morir.


¿He dicho gigantesca editorial? Que nadie piense que es porque poseen grandes medios y pueden permitirse grandes tiradas: creo que se entiende que, en mi torpeza, utilizo este adjetivo porque no logro definir mejor la belleza. El breve poema El Rey de los Elfos de Johann Wolfgang Goethe, ilustrado por Borja González, es el libro que acaban de editar. En el fantástico prólogo de Érica Couto (autora de uno de nuestros blogs más admirados: En la lista negra) se nos cuenta todo lo que necesitamos saber de esta balada escrita por Goethe en 1872 a la cual Schubert pondría música.



Tradicionalmente, la imaginería del poema se centra en la figura de ese padre que a caballo se lanza en una huida desesperada con su hijo en brazos escapando del Rey de los Elfos que reclama a la criatura para sí. El Rey, como en el texto original, no es sino niebla, viento, sauce o sombra que surgiendo de lo más profundo del bosque los acosa sin descanso. También, como podéis ver en las imágenes del vídeo que ilustran la canción de Schubert, el Rey nos es presentado en ocasiones como un señor viejo con barba y túnica que más recuerda al dios cristiano que a una criatura feérica o terrible, dejando para sus hijas esta cuestión. Borja González, sin embargo, ha optado por centrar la fuerza y la temática de sus ilustraciones en la figura espectral de ese Rey de los Elfos que no es otra cosa quizá que la misma muerte. Borja no se limita a poner en imágenes el texto, sino que lo reinterpreta y nos ofrece aquello que el poema nos deja solo entrever. El jinete a caballo con su hijo es así tan solo una silueta recortada entre los árboles que galopa incansable, con el Rey de los Elfos y sus tres hijas surgiendo de las aguas escondidas de un bosque fantasmal que alarga sus brazos como ramas y niebla en busca de su botín.


Las interpretaciones del poema han sido múltiples a lo largo de la historia, teniendo en cuenta su importancia como representación destilada de parte de lo que significó el romanticismo alemán, movimiento al que el mismo Goethe aportó una de las obras más importantes, famosas e influyentes del movimiento: la desesperada Penas del joven Werther (1774). Borja nos lo explica en un artículo escrito para el blog de la editorial (podéis, o quizá más bien debéis, leerlo AQUÍ) que además nos da las claves de su trabajo. Un texto fundamental para entender el origen y el por qué de este libro. Y esencial para comprender la decisión del dibujante de elegir reinterpretarlo como lo hace.


Las ilustraciones de Borja González nos hacen más grande, más siniestro, el poema al reforzar y mostrarnos esa imagen del Rey de los Elfos como una entidad poderosa e implacable ante la que solo somos sombras al albur de sus designios. Un Rey espectral que anuncia su presencia con sus fantasmales hijas presto a arrebatar al padre protector su hijo inocente. El paso a la madurez como rito inevitable y doloroso, pero también el tránsito a la muerte como destino ineludible de toda vida. Surgiendo de las aguas estancadas de un lago entre un irreal bosque, su reino de otro mundo, el Rey de los Elfos se alza como una figura terrible y poderosa que devuelve a la Tierra lo que siempre le perteneció.

Esta edición del poema de Goethe de El verano del cohete se presenta con una traducción de David Carril  y con una maquetación exquisita obra de Mayte Alvarado. Sabemos que es pronto aún, pero no podemos reprimir el grito: ¡queremos el siguiente ya! Mayte también es la realizadora del magnífico vídeo de presentación del libro. Con sus hipnóticas imágenes os dejamos.

jueves, septiembre 12, 2013

Cuatro películas y una entrevista para EL ANTEPENÚLTIMO MOHICANO



Recupero aquí algunas reseñas de películas que escribí para la página web dedicada al cine El antepenúltimo mohicano. Se trata de comentarios sobre filmes actuales que, la verdad, no me gusta mucho hacer. Son encargos que me pide de vez en cuando Emilio Luna, el director de la web, y los escribo encantado, pero la verdad es que me escaqueo de todos los que puedo, jajaja. Creo que hay compañeros en la redacción muy superiores a mí en lo que a cine actual se refiere y pienso que no pinto nada entrando en este terreno. Pero bueno, una de las películas me pareció una maravilla y fue, esta sí, un auténtico placer escribir sobre ella. Me refiero a Volcano (Eldfjall, Rúnar Rúnarsson, 2011). Puedes leer lo que me hizo sentir este prodigioso film AQUÍ.    

Para el festival de cine organizado por la página de cine Filmin, el Atlántida Film Fest de 2013, dedicado al cine independiente, me encargaron escribir sobre cinco o seis películas, no recuerdo bien. Al final conseguí librarme del castigo y lo hice solo sobre tres. Dos de ellas me parecieron sendos espantos, cine pretencioso y fatuo realizado, en mi opinión, que como sabéis no vale un rábano, por personas que dudo mucho amen este arte. Más bien creo que lo que aman es figurar como artistas de este arte, no sé si me explico. Tampoco me importa, muchas palabras les estoy dedicando ya. La primera fue Leones (puedes leer el comentario siguiendo el enlace), una tontería mu gorda que consiste en hora y pico de unos niños pijos paseando por un bosque y una playa filmados con la cámara en sus cogotes. Hora y pico de pescuezos andantes, vaya. En fin, intenté hacer un comentario al estilo de la peli: infatuado, pesado, que transmitiera el mismo estado que me provocó esta chorradilla. La segunda fue un poco más de lo mismo. La diferencia era que, contando otra nadería pretenciosísima, esta vez la directora no sabía ni dónde poner la cámara. Por lo que se puede ver, le valía cualquier sitio. L'âge atomique se titulaba la cosa. Siguiendo el enlace puedes leer lo que escribí: estaba difícil pues había poco sobre lo que explayarse. 

Por suerte la tercera me deparó una agradable sorpresa. Aunque Dos (Stathis Athanasiou, 2011) no me terminó de convencer, sí provocó que el director contactase con nosotros para agradecernos la crítica. Decidimos hacerle una entrevista, a lo cual accedió de buen grado, y esto provocó un bonito diálogo en el cual Stathis Athanasiou fue respondiendo a diversas cuestiones, entre ellas varias en las que explicaba con detalle e inteligencia cosas que me habían llamado la atención y otras que a mí no me habían gustado o bien no había entendido de su película. Un auténtico placer leer a alguien que de verdad sí ama lo que hace con pasión. Podéis acceder a mi no muy favorable crítica AQUÍ, pero no dejéis de leer las respuestas de Athanasiou AQUÍ. Además, también sabréis de sus gustos literarios y cinematográficos. Repito: fue todo un placer.