Es un auténtico placer encontrar libros como
este, que se editen y tener la oportunidad de leerlos. En un género dominado en
nuestro país por la literatura anglosajona supone un regalo descubrir que la
primera historia de amor entre un humano y una marciana pues resulta que quizá
sea la que aquí nos cuenta Porfiri Pávlovich Infántiev nada más y nada menos
que en el año 1869. Pero hitos de este tipo aparte, que en realidad no tienen
más valor que el de la curiosidad, lo fabuloso es descubrir magníficos relatos
con más de un siglo de antigüedad que leídos hoy tienen una fuerza
impresionante y una capacidad de sobrecoger prodigiosa. Cinco cuentos se
recogen en este volumen de los que al menos, y fijaos que estoy diciendo “al
menos”, dos de ellos los podríamos considerar obras maestras absolutas del
género. Vamos a por ellos.
A. N. Apujtin
Entre
la vida y la muerte
(1892), escrito por Alekséi Nikoláievich Apujtin (1840-1893), es el primero de
la recopilación y comienza de manera genial:
“Eran pasadas las ocho de la tarde cuando el
doctor aplicó su oído a mi corazón, acercó un pequeño espejo a mis labios y,
dirigiéndose a mi esposa, dijo solemnemente en voz baja:
-Todo ha terminado.
Por esas palabras, yo deduje que había
muerto.” (p. 11)
El tono del relato es en su fondo crepuscular
y triste: la historia de alguien que ha terminado su vida sin cumplir sus
sueños, dejando de lado sus verdaderos deseos por seguir los de sus padres
primero, los de su esposa después. Pero al tiempo está entreverado de un
fantástico sentido del humor en la descripción de los personajes y las situaciones
que se desarrollan en su muerte y durante el entierro. Es como si, de pronto,
ese hombre que ya no puede ver de una manera física lo contemplara todo con más
lucidez y vivacidad que nunca:
“Siempre odié los bailes y, además, desde
mediados de noviembre no me encontraba muy bien y por eso intentaba oponerme
con todas mis fuerzas a esas celebraciones, pero mi mujer se obstinaba en
organizarlas porque siempre tenía motivos para pensar que asistirían personas
de muy elevada posición. Estuvimos a punto de discutir seriamente, pero ella
insistió. El baile fue tan deslumbrante como insufrible para mí. Esa velada
sentí por primera vez lo fatigado que estaba de la vida y fui consciente de que
ésta no se prolongaría ya demasiado.
Toda mi historia se resume en una sucesión de
bailes y ahí radica la verdadera tragedia de mi existencia.” (pp. 19-20)
Tras este arrollador comienzo el relato se
desarrolla manteniendo este fascinante tono entre lo melancólico, en especial
cuando el narrador descubre y revive fragmentos de vidas anteriores, y lo
humorístico, cuando está en el presente contándonos el momento de su muerte y
el velatorio posterior. Poco a poco va adoptando maneras más reflexivas dándole
vueltas a qué es la muerte y a su sentido, o a la falta del mismo, y al porqué
de las reencarnaciones y su creencia en ellas: todo el cuento en esencia apoya
esta teoría. De ahí su sorprendente final. Sin embargo, en este último tramo
Apujtin pierde algo de su fuerza inicial y lo que podría haber sido un
divertido y excelente retrato de la muerte se queda a medio camino entre esto y
las diversas disquisiciones sobre la misma que lo asaltan. Nos quedamos
claramente con lo primero, donde la brillantez de la narración hace inútil
tanta reflexión: la acción nos dice más sobre su filosofía de la vida que las
páginas que dedica a disertar sobre ella.
En otro planeta
Comenté al principio que Pioneros de la ciencia ficción rusa incluía al menos dos obras
maestras del género. La primera (siempre según mi opinión, me gustaría aclarar,
que vale lo que un pimiento pocho de esos que de vez en cuando se me estropean
en el frigorífico, ejem, y tengo que tirar a la basura) es el emocionante y
trepidante relato En otro planeta:
tratado sobre la vida de los habitantes de Marte (1869), del mencionado
Porfiri P. Infántiev (1860-1913). Es fantástico además porque básicamente
consiste en un viaje de conocimiento y aprendizaje, en este caso de la cultura
y sociedad marcianas, sin peleas, batallas ni enfrentamientos cósmicos. Una
inmersión absoluta en el corazón del otro, de aquel que es radicalmente
distinto a nosotros, desde el momento en que el protagonista, para poder
visitar el lejano planeta, debe intercambiar su alma por medio de la hipnosis
con un marciano. Ambos trocarán así sus cuerpos y podrán vivir bajo la
apariencia de quienes no son en un planeta ajeno. Por descontado, si los
marcianos resultan horrendos y monstruosos a los ojos humanos, se nos deja bien
claro que los alienígenas sienten el mismo espanto físico al ver nuestras
birriosas figuras. Lo hermoso de esta historia es que, junto al protagonista,
conoceremos y amaremos esta sociedad lejana y extraña, incluso sentiremos el
creciente afecto, la atracción y el amor naciente entre un humano y una
marciana de aspecto en verdad horripilante pero de admirables carácter y
cultura. Nos enamorará su forma de ser. Lo grandioso del relato de Infántiev es
que nos arrastrará a aceptar al otro, a la representación más absoluta de lo
diferente, hasta este punto.
En otro
planeta
es un magnífico ejemplo de narración con sentido de la maravilla. Pese a estar
cercenado por la censura de la época (nos ha llegado incompleto: fueron
eliminados largos fragmentos), su lectura es un auténtico paseo por un Marte
fantástico y de ensueño. Es bonita también la secundaria historia del doctor
François Rochas, un científico que vive aislado y solitario en las montañas
suizas, junto al Mont Blanc. Infántiev resulta sobrecogedor en la descripción
de la casa perdida entre los hielos de las elevadas cumbres. Rochas, un trasunto
quizá de Nicola Tesla, es el único humano que conoce y disfruta del contacto
marciano, al menos hasta que llegue por accidente hasta él el joven
protagonista del relato. Sus conocimientos acabarán muriendo con él, dejándonos
con esa sensación melancólica y triste de la sabiduría perdida, de todas esas
verdades que traerían el bien de hacerse públicas pero que permanecerán ya para
siempre sepultadas bajo la nieve eterna e indiferente.
V. Y. Briúsov
Pero si Infántiev ha supuesto un
descubrimiento fabuloso, agarraos que ahora le toca el turno al prodigioso Valeri
Yákovlevich Briúsov (1873-1924). De él se incluyen dos relatos en esta
antología. El primero es La Montaña de la
Estrella (1899), un relato pulp escrito casi antes de que estos existieran
como tales. Una historia de civilización perdida muy del estilo, y la cito
porque es la que tengo más reciente, a la que el gran Abraham Merritt nos
describiera en Los habitantes del espejismo (1932). Como el doctor Rochas de Infántiev, aquí también tenemos
un viejo explorador y científico con un gran secreto y conocimientos
adelantados a su época que muere perdiéndose con su vida su legado. Desde las
montañas nevadas y solitarias de Suiza a lo más profundo de la jungla africana,
lugar donde se desarrolla la aventura que nos narra Briúsov, la sabiduría de
los grandes hombres se deshace en la nada. En este caso el científico es un
viejo francés que el joven protagonista encuentra moribundo. Antes de morir le
cuenta el secreto que, aunque no se lo ha llevado al final con él a la tumba,
también acabará por perderse. Y este secreto alucinante e increíble es el de la
existencia de una civilización de origen marciano oculta en un desierto
artificial, fugitivos del planeta rojo que acudieron a la Tierra huyendo de su
hogar buscando formar uno nuevo aquí. La idea de que un gran secreto, un
maravilloso hallazgo, se perderá en el olvido para siempre es fuerte:
“Lo que yo pude ver probablemente no haya
sido presenciado nunca por nadie. Pero lo que más se vio afectado fue mi propio
interior. Mis convicciones, que yo consideraba inamovibles, se vieron
pulverizadas o fuertemente sacudidas en sus cimientos. Ahora admito horrorizado
como verdad irrefutable todo aquello que antaño rechazaba. Estas notas podrían
tener un claro propósito: prevenir a otros como yo. Pero lo más probable es que
nunca lleguen a contar con lector alguno.” (p. 181)
Este es el protagonista tras vivir su
aventura imposible, pero en un principio el científico francés encuentra un
receptor poco predispuesto a recibir su confesión de la manera que él, o
cualquiera, hubiera deseado:
“-A usted, a usted le entregaré mi secreto-
me dijo mientras se veía morir-. Continúe mi misión y llévela a término, en
nombre de la ciencia y de la humanidad.
Me eché a reír:
-A la ciencia la desprecio, y la humanidad no
me gusta.” (p. 185)
Me encanta esta actitud descreída del
protagonista, que acepta investigar solo por curiosidad, uno interpretaría que
casi por aburrimiento. Su devenir le obligará a cambiar. La resignada
desesperación, la aceptación amarga de un destino infausto, la tristeza de
quien lo ha tenido todo y ahora está desposeído y solo, y ni siquiera le
importa, es el aprendizaje de la vida al que se someterá nuestro héroe. Su
conocimiento, el cambio, lo que le traerá es el dolor. Como dije, estamos ante
un relato pulp de civilizaciones perdidas, con sus reyes, princesas, esclavos y
sublevaciones rebeldes, emocionante de leer y absorbente al máximo. A pesar de
que sus personajes luchan y se enfrentan a los problemas, hay una melancólica
aceptación del devenir fatal en todos ellos. En esto estriba quizá la mayor
diferencia con el pulp posterior norteamericano: este suele estar impregnado de
optimismo y capacidad de superación. Para Briúsov, la aventura nos lleva a
conocer maravillas, pero también todo el horror y el mal que encierra la
naturaleza humana.
De Briúsov se incluye un segundo relato, La República de la Cruz del Sur (1905).
Aunque se presentan todos los cuentos incluidos en Pioneros como inéditos en nuestra lengua, la verdad es que este ya
fue publicado en el número 2 de la revista Delirio:
ciencia ficción y fantasía en junio de 2008. Descrito como el primer relato
de zombis de la literatura, esto solo da una idea empobrecida y tristona del
verdadero alcance de este sobrecogedor y magistral cuento, una obra maestra
absoluta (¿recordáis que dije que en este libro al menos había dos?) que
adoptando las maneras de una nota histórica o un informe de un suceso
ambientado en el futuro, nos detalla de forma fría y descriptiva la apocalíptica
catástrofe en la que se sume la capital de la naciente República de la Cruz del
Sur, la Ciudad de las Estrellas. Un auténtico infierno desatado en la tierra de
manos de la locura del hombre. Sus apenas treinta páginas son suficientes para
contarnos una pesadilla que nace de una enfermedad, la enfermedad de la
“contradicción”, mania contradicens,
que lleva al individuo afectado a hacer justo lo contrario de lo que desea.
Esto provocará en su inicio situaciones jocosas y divertidas, pero poco a poco
se empiezan a dar casos de espeluznante horror. Aprovechando la locura de la
enfermedad, todos los criminales y psicópatas se refugiarán en la floreciente
ciudad y darán rienda suelta a sus deseos más enfermos ocultos en la locura
colectiva. Un relato terrible y estremecedor, el reflejo de la naturaleza del
hombre en el que el heroísmo y la entrega de unos pocos resultan insuficientes
ante la enajenación y el delirio destructivo de la muchedumbre. Briúsov se
muestra magnífico en su descripción de la nueva República: en tres páginas ya
nos ha hecho creíble este país del mañana. En las restantes, nos hará sentir
como un mazazo toda la abominación de la que es capaz el ser humano. Un cuento
magistral y demoledor, toda una cumbre del género que desde ya consideramos
imprescindible. Y recordad: todo lo que he leído y visto sobre zombis no son
sino historias para bebés comparado con lo que Briúsov nos permite atisbar
aquí. Esto es el horror, porque no son zombis ni criaturas extrañas: somos
nosotros mismos, es el hombre como vórtice del espanto y la pesadilla. Nosotros
somos los monstruos.
S. R. Mintslov
Después del impacto producido por la lectura
de este relato prodigioso y único de Briúsov, la verdad es que lo siguiente que
me diera por leer parecía condenado de antemano a resultarme aburrido e
intrascendente. Pero resultó que no: El
misterio de las paredes (1906), sin estar a la altura del anterior, sería
cruel e injusto esperar esto, de Serguéi Rúdolfovich Mintslov (1870-1933), es
una historia de ciencia ficción más tradicional pero disfrutable totalmente. De
nuevo encontramos aquí la temática secundaria de esos inventos o ingenios
maravillosos que tras mostrar un momento de fulgor increíble se pierden para la
ciencia y para la historia de la humanidad. En este caso, el artefacto
imposible es un artilugio que nos permite ver y oír sucesos acontecidos en los
lugares en los cuales se aplica su funcionamiento. Una máquina del tiempo,
aunque solo nos traiga de allá el pasado en imágenes. Así, una abandonada
mansión será el escenario elegido por los investigadores para revelarnos su
historia, sus secretos, brillando con intensidad de nuevo entre la soledad y el
frío de la estepa en la que se eleva la ahora muerta casa. Nuestros protagonistas
serán testigos únicos y de excepción de una fiesta que funde lo real con lo
fantasmal en fantástica representación. Un cuento elegante que esconde una
fabulosa estampa de época y la belleza y la desgracia de los dramas pasados.
También el del presente, pues hasta lo que acaba de acontecer pronto es
devorado por el olvido. Otro relato, pues, en el que lo maravilloso es
atisbado, admirado y perdido casi todo a la vez.
En conjunto, cinco historias que no suponen
tan solo una mera curiosidad histórica dentro del género, sino un auténtico
descubrimiento, cuatro nombres que cuando algún día se escriba de verdad una
historia de la ciencia ficción no podrán ser dejados a un lado. Imprescindibles
para los amantes de la literatura fantástica, estos no solo disfrutarán, como
yo lo he hecho, o al menos en eso confío, de estos admirables y prodigiosos
relatos, sino que se sobrecogerán ante la perfección y modernidad de todos
ellos.
PIONEROS de la ciencia ficción rusa.
Selección y traducción de Alberto Pérez Vivas. Barcelona: Alba, 2013. 346 p.
Rara avis; 7. ISBN 978-84-8428-828-2.
9 comentarios:
A este libro le tengo muchas ganas, pero creo que empezaré por este otro (¡volumen de cuentos de Briusov!):
http://archive.org/details/republicofsouth00bryu
Contiene los siguientes relatos:
I. The Republic of the Southern Cross
II. The Marble Bust
III. For Herself or for Another
IV. In the Mirror
V. Protection
VI. The "Bemol" Shop of Stationery
VII. Rhea Silvia
VIII. Eluli, Son of Eluli
IX. In the Tower
¡Qué ganas de conseguir el libro y ponerme a leer!
Gracias.
¡Oh, Érica! ¡Queremos reseña de ese volumen de cuentos de Briúsov en EN LA LISTA NEGRA! Por lo demás, viendo que el primero es "La República de la Cruz del Sur", le aseguro que quedará enganchada sin remedio...
Amigo josia: lo va a disfrutar. Hay diversión y hay reflexión: ¿qué más podemos pedir?
Voy a buscarlo ya mismo. Me encanta la literatura rusa y ¡de ciencia ficción! no he tenido oportunidad de leer nada de ellos, pero por lo que pones, todos lo relatos tienen una pinta estupenda. Mil gracias ;)
¡Oh, creo que te van a encantar, Merchi! Si te gusta la literatura rusa, eso es un añadido que hará que los disfrutes más. ¡Un saludo!
¿Entrada sobre Briusov en el blog? ¡Eso está hecho! Aunque ahora me estoy peleando con Noël Devaulx (pobre, no con él, sino con su francés, bastante más refinado que el de Peské), y no sé hasta cuándo tendré que postergar la lectura de Briusov. Aunque usted no se lo crea, EnLaListaNegra se rige por un estricto calendario de lecturas que siempre me propongo seguir... y que pocas veces cumplo.
Podremos esperar porque sabemos que estará genial. ¡Mil abrazos!
Excelente tu blog y los comentarios sobre los relatos de la Antología. Este verano, gracias a Alfredo Lara, dueño de la librería Opar, he descubierto una gran novela de Valeri Briusov, "El ángel de fuego". Te invito a leer el comentario de esta obra (y de los relatos del mismo autor en la Antología) en mi propio blog: http://lamanodelextranjero.wordpress.com/2013/07/10/descubrimiento-de-valeri-briusov/
Estupenda crítica a "El ángel de fuego", José Miguel, y estupendo descubrir que no solo se trata de un relato histórico sino que se adentra en todos esos territorios que en este siniestro blog tanto nos gustan. Y descubrimiento también tu blog. ¡Tengo que investigarlo a fondo!
Y gracias por tu comentario. ¡Saludos!
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