Es sencillamente fantástico que este número
de Barsoom dé inicio nada más y nada
menos que con nuestro admirado Harry Stephen Keeler. Javier Jiménez Barco
escribe una perfecta introducción tanto al escritor como a su obra, que en su
caso lo primero también es importante: Estrambótico
y sorprendente Harry Stephen Keeler. Un paseo quizá algo breve (de lo que
nos gusta siempre queremos más, vaya, qué os voy a decir), pero desde luego
suficiente para un primer acercamiento al que sin duda es uno de los escritores
más raros del mundo. Y para redondear la satisfacción, a continuación se
incluyen dos cuentos del maestro. Los
servicios de un experto (The Services
of an Expert, publicada en la revista 10
Story Book, de la cual Keeler fue editor de 1919 a 1940, en septiembre de
1914) es un buen relato, llevado con brío e interés y con un final sorpresa tan
encantador como divertido. Una muestra perfecta, en pequeñito, del mejor
Keeler. Del mismo también haría una versión en forma de minúscula pieza teatral
que se publicaría en el año 1920 en la página editorial del semanario Chicago Ledger. El segundo relato, El expreso del valle pasa a su hora (Valley Express on Time, publicado por
primera vez en el Ohio Farmer en 1913,
después en la revista 10 Story Book
en febrero de 1923), aunque escrito un año antes que el anterior es un buen
ejemplo del Keeler más rebuscado y artificial. Si en el primero sorprendía la
naturalidad con la que nos introducía en el engaño, aquí sucede lo contrario:
todo es forzado y se nota la mano del autor empujando a sus personajes para que
todo encaje en la sorpresa final. Pero no importa: Keeler también es así. Y
ambas caras nos gustan.
Harry Stephen Keeler. Gran cantidad de fotografías en la página de
Mark Allen dedicada a nuestro héroe, AQUÍ.
No puedo decir lo mismo de Sax Rohmer, un
escritor que me suele aburrir bastante. Cierto que sus malévolos personajes
orientales tienen su encanto, como es el caso de la protagonista de La llave del templo del cielo (The Key of the Temple of Heaven, publicado
en The Story Teller en 1916), pero
también este relato es una prueba un pelín dolorosa de sus limitaciones: trama
de una simpleza soporífera, personajes adocenados, predecible hasta la
extenuación y de una pobreza y una incapacidad notables a la hora de atraparnos
en un ambiente de aventura o misterio. Siguen las secciones habituales de la
revista: la reseña (más bien un resumen sin aparato crítico) del número 3, Buitres del mar, de la serie de libros Pabellón Negro obra de Arnaldo Visconti
(Pedro Víctor Debrigode) de la mano de Alfredo Jiménez Cruz; y la segunda
entrega de Tarzán: la aventura perdida
de Edgar Rice Burroughs (acompañada de algunas ilustraciones de Tom Yeats). El
artículo Mike Palabras: un héroe
inclasificable, de José Ignacio Martínez Ruiz, dedicado a este más que
atípico personaje dentro de la novela popular española es excelente en cualquier
sentido: toda la información deseable sobre los diversos autores de la serie y
comentarios a sus obras. Modélico en su combinación de pasión y documentación
sin ceder a una fácil exageración reivindicativa.
Dos
contra Tiro
(Two Against Tyre) de Robert E.
Howard es la dosis habitual en Barsoom
del autor texano que hará las delicias de sus fans y que al resto de los mortales,
qué demonios, nos resulta entretenido de verdad. La ambientación histórica no
es más que un cambio de escenario para la ración esperada de leñazos que Howard
sabía contar tan bien. Las páginas siguientes están dedicadas al gran H. P.
Lovecraft (cada cual con su altar particular, es cierto). Tanto Fantasmagorías de linterna mágica de Óscar
Mariscal, A propósito de los denominados “fenómenos
paranormales” de Lovecraft, como Las
casas de duendes de Providence, de nuevo de Mariscal, ya los habíamos leído
en el libro El fantasma de la mansión Guir (The Ghost of Guir House, 1897)
de Charles Willing Beale, en el cual se incluían complementándola. Nunca está
mal volverlos a leer.
Ya he comentado alguna vez (AQUÍ) que Lin Carter y Lyon Sprague de
Camp no es que sean el colmo de la originalidad en sus historias adaptando e
inventando nuevas aventuras para Conan, el
personaje de Robert E. Howard. Pero resultan efectivos y entretenidos y en La joya en la torre (The Gem in the Tower) una vez más
consiguen ambas cosas con una aparente facilidad que no hace sino hablar muy
bien de su trabajo. No es que el murciélago humano oculto en la torre de un
mago y su secreto nos parezcan algo interesante. Ni siquiera con Conan de por
medio. De ahí el mérito de los autores de este relato: consiguen atraparnos
pese a nuestro desinterés inicial y nos conducen, con moderada emoción pero
creciente atención, a través de una trama poco original pero con la magia que mantiene
lo ya sabido cuando es narrado con clase y estilo.
Strange Tales, octubre de 1932, cubierta de H. W. Wesso.
Y llegamos a una estupenda sección, para mí
una total debilidad: Investigadores de lo
oculto, centrada en esos personajes que se dedican a labores detectivescas
relacionadas siempre con asuntos fantásticos y extraños. Esta vez el
protagonista es Philip Hastane, creado por el magnífico Clark Ashton Smith.
Hastane no es que sea el consabido detective de misterios, sino un artista,
trasunto del propio Smith, que se ve envuelto en aventuras sobrenaturales.
Javier Jiménez Barco de nuevo se encarga de escribir una excelente introducción
al personaje incluyendo un repaso por todos los relatos protagonizados por él. Y
como colofón al mismo se incluye Los
cazadores del más allá (The Hunters
from Beyond, publicado en Strange
Tales en 1932). No es el Ashton Smith más evocador, capaz de esas
evanescentes ensoñaciones terroríficas que nos apasionan, el que encontramos en
esta ocasión, pero su capacidad para llevarnos en un solo párrafo a las puertas
del horror se presenta poderosa hasta en este sencillo cuento. Y además se
acompaña con ilustraciones de Virgil Finlay, así que no podemos pedir más. Complementa
este apartado dedicado a Hastane un fragmento de una aventura protagonizada por
él que Ashton Smith dejara inconclusa: La
música de los muertos (The Music of
the Dead).
Ilustración de Frank R. Paul.
Un breve y efectivo relato de terror de Carlos
Saiz Cidoncha, La cueva del lobo muerto,
escrita a la manera de “un suceso real” (o al menos así se me ha antojado),
pone fin a la Zona Weird de la revista, la dedicada a la fantasía y el horror. La
Zona Antares, la de ciencia ficción, se abre con una breve reseña dedicada a la
utopía Montañas, mares y gigantes (Berge, Meere und Giganten, 1924) de Alfred
Döblin: La fuerza de los volcanes
islandeses en una novela oscura, barroca y salvajemente exuberante, de
Augusto Uribe. Un espectacular portafolio de ilustraciones de Frank R. Paul
ocupan las páginas siguientes. Son las que realizara para la novela de Hugo
Gernsback Ralph 124c 41+: A Romance of
the Year 2660 (1911), que por desgracia no he tenido la oportunidad de
leer.
Startling Stories, otoño de 1954, cubierta de Alex Schomburg.
El
manual de matrimonio
(The Marriage Manual, publicado en Startling Stories en 1954) es un
fantástico relato de una autora que siempre logra sorprenderme: Margaret St. Clair. La Ursula K. Le
Guin de los pulps nos regala esta vez una historia desconcertante que mezcla
sociología y xenobiología con cambios de sexo y ese afán locuelo de
conocimientos que tan bien conocemos gracias a esos científicos dispuestos a
todo que en número incontable nos ha ofrecido el género, también con su pizca
de avaricia impenitente en su deseo de enriquecerse con ellos como sucede aquí,
con unas formas sencillas pero de alcance profundo. Adoro a esta escritora, así
que quizá me ciegue la pasión. Bienvenida sea.
Future Combined with Science Fiction Stories, mayo de 1951, cubierta de Leo Morey.
Firmado por Redacción de Barsoom, de nuevo
tenemos ahora otra fantástica presentación de una serie de novelas que no puede
resultar más prometedora: Dominic
Flandry: espía intergaláctico. Confieso que no tenía ni idea de este
personaje creado por Poul Anderson, pero sólo ya con el repaso breve a sus
aventuras he disfrutado. Y como siempre en Barsoom,
nada mejor para ilustrar un buen artículo que incluir un relato protagonizado
por el héroe reivindicado. En Enemigos
honorables (Honorable Enemies,
publicado en Future Combined with Science
Fiction Stories en mayo de 1951) es la primera vez que Flandry se enfrenta
a su némesis, el agente mersiano Aycharaych de Chereion, y me ha parecido un
cuento extraordinario. Primero, por presentar personajes tan apasionantes y con
un “malvado” tan sensacional como el mentado agente mersiano. Y segundo, por
ofrecer una de esas maravillosas historias donde la ciencia ficción va de la
mano de una desbordante imaginación y una magnífica capacidad de mostrarnos
otros mundos y lograr trasladarnos a ellos con una facilidad mareante. Un cierre
genial que se certifica con la nueva entrega del Capitán Rido, de J. Hill y
Julio Ribera, El rey de las montañas.
Otra vez más Barsoom ha conseguido
apasionarnos.
BARSOOM: la revista del pulp y la literatura
popular. Número 11. Primavera 2010. La Hermandad del Enmascarado. 90 p.
2 comentarios:
No he leído "La joya en la torre", aunque creo recordar vagamente que conozco la historia por los viejos cómics de mi hermano (¿A dónde habrán ido a parar?).
De todas formas, si te interesan las historias de Conan, posiblemente la mejor recopilación de cuentos se encuentre en el volumen "La Reina de la Costa Negra y otros relatos", que hace poco publicó ediciones Cátedra.
Además, el prólogo del libros es muy interesante, pues expone la teoría de que Howard desarrolló en sus relatos su visión del ascenso y caída de civilizaciones (fuertemente influenciada por Oswald Spengler), que culminaría en los relatos "Más allá del Río Negro" y "Clavos Rojos".
En cuanto a la labor de Barsoom, no se puede hacer otra cosa más que alabarla. Aunque si hay que hacerle una pega, sería en el campo de la distribución, pues sus libros no son demasiado fáciles de conseguir fuera de tiendas especializadas como Cyberdark.
Un saludo.
¡Hola Eufronio!
Son tiradas pequeñas y se agotan muy rápido. Hay que estar atento porque si no vuelan, jajaja, a mí se me ha escapado ya algún que otro libro de los que han editado por dormirme en los laureles de la tranquilidad. Entre ellos alguno de Howard... Pero bueno, es magnífico que Barsoom exista.
Muchas gracias por comentar y por tu recomendación. Habrá que echarle un vistazo a ese prólogo de Cátedra...
¡Un saludo!
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