lunes, mayo 25, 2015

Isabel de Egipto, o el primer amor de Carlos V (1819), de Ludwig Achim von Arnim



El escritor Ludwig Achim von Arnim (1781-1831) fue uno de los más importantes escritores del movimiento romántico alemán, a mi gusto el más apasionante y enloquecido de entre todos los países que vivieron esta ola que dejó tras de sí no sólo enfebrecidas historias de amores imposibles y eternos, sino de manera especial una colección de obras de género fantástico prodigiosas, en las que los elementos sobrenaturales, macabros y tenebrosos se aliaban con un sentido epicúreo de la vida, con la diversión más desenfrenada y en conjunto con una visión lúdica y siempre extraña y esquinada de la vida. Más allá del género gótico, el romanticismo llevó la literatura fantástica a límites que hoy se ven constreñidos a cercados terminológicos más pobres, más acotados, como si el fantástico en sí fuera demasiado difícil de catalogar y mejor fuera encerrarlo en pequeñas y tristonas parcelitas: terror, ciencia ficción, criminal, espada y brujería… Hubo un tiempo en que todo esto valía para una sola obra, en el que los márgenes los imponía la imaginación del autor, en el que la más tenebrosa de las novelas podía contener en su interior momentos para la burla despiadada o la más gratificante y optimista diversión. La tradición del fantástico de raíz europea goza de poco crédito en la actualidad, algo incomprensible comprobando la incombustible modernidad de autores contemporáneos a Arnim como son los gigantescos Joseph von Eichendorff o Ernest Theodor Amadeus Hoffmann, por citar dos de mis favoritos, cuyo irreverente y marginal trazo es posible rastrear en la literatura fantástica de raigambre europea más arriesgada hasta la época actual.

Su novela Isabel de Egipto, o el primer amor de Carlos V (Isabella von Ägypten, Kaiser Karl des Fünften erste Jugendliebe, 1819) funde todas las constantes del movimiento romántico en ella: novela histórica anclada en un pasado idealizado, notas grotescas y divertidas entreveradas en el relato de una gran pasión amorosa, y un arrollador tono fantástico en el que las brujas, los homúnculos y las criaturas más increíbles procedentes de la cultura popular adaptadas por un moderno sentir conviven con los personajes más realistas, incluso con los de carácter histórico, con la naturalidad más chocante y maravillosa que podamos imaginar. Un mundo en el que lo sobrenatural no parece serlo porque es lo cotidiano. De esta forma la novela arranca con la bella joven Isabel, cuyo padre ha sido ajusticiado, viviendo oculta en una villa abandonada haciéndose pasar por un fantasma para que nadie más la habite y así poder pasar sus días sin ser molestada en soledad. La vieja Braka, una gitana como Isabel, cuida de ella y la visita todos los días. Y por una casualidad impredecible el entonces aún príncipe Carlos, el futuro emperador, pasa por la quinta y decide pernoctar en ella retando a los espíritus que sabe habitan allí. Por supuesto los dos jóvenes se enamoran, si bien el joven Carlos en ese primer encuentro huye despavorido de la casa pensando que en verdad ha visto a un espectro, por más bello que sea su apariencia. Comienza así un relato de encuentros y desencuentros entre los amantes, de búsquedas y equívocos que bascularán del drama a, de forma más insistente, la comedia. El relato se inunda de criaturas fantásticas que conviven con las demás casi en cordial entendimiento, o cuando menos sin provocar demasiada extrañeza en el resto de comunes mortales: lo dicho, es normal pasear con un homúnculo de un brazo y un golem femenino del otro.


“Y el más extravagante grupo, formado por una vieja bruja, un difunto que tenía que hacerse pasar por un vivo, una hermosa muchacha de arcilla y un joven sacado de una raíz se sentó en solemne armonía, albergando grandes ideas sobre la felicidad de la vida que en aquel momento se disponían a empezar, sobre tesoros, heroicidades, y dinero para francachelas, (…).” (p. 113)

La novela adopta en ocasiones el tono cruel y despiadado de los cuentos antiguos, donde, como hemos dicho, lo fantástico coexiste con lo real y lo cotidiano con total naturalidad. Pero también, como podemos comprobar cuando nuestros héroes llegan a la feria de un pueblo por el que pasan en su camino, capaz de transformarse en un vodevil romántico y delirante, donde la aventura toma un carácter muy divertido, tanto que por momentos pareciera una comedia cinematográfica de los años 30, una screwball comedy arrolladora capaz de dejarte sin respiración por su desatada imaginación y su acción incontenible. El torpe acercamiento de los jóvenes enamorados, las tonterías y disparates sin igual del homúnculo, los tejemanejes de las brujas o la absolutamente genial Golem Isabel, la doble de barro de nuestra heroína, casada con el caprichoso homúnculo creyendo este que es la auténtica…En su estructura la obra ni tan siquiera olvida esa convención novelística de la época de incluir un relato dentro del relato general. Las sombras de Cervantes y de los relatos de Las mil y una noches, más que otras que pudieran citarse también, se cernían poderosas e influyentes sobre los románticos alemanes. Delirante y genial, cuento romántico y macabro, relato histórico y cuadro de costumbres, drama y diversión, como en los mejores autores románticos germánicos Arnim acaba proponiendo, pese al devenir no siempre amable con sus protagonistas, un canto a la vida, entendiendo esta no sólo como algo gozoso, sino como un claroscuro de alegrías y tristezas. Sus detalles fantásticos no nos alejan jamás de la profundidad de la naturaleza humana, cambiante y multiforme, que Arnim refleja en sus palabras. Toda una maravilla, esta es también una lectura feliz teñida de sombras y oscuridad: en su visionaria concepción del mundo hay más verdad que en la más realista y fotográfica de las novelas.


ARNIM, Ludwig Achim von. Isabel de Egipto, o el primer amor de Carlos V. Traducción de Alfonsina Janés. Barcelona: Bruguera, 1982. 191 p. Libro Amigo; 922. ISBN 84-02-08820-1.

ARNIM, Ludwig Achim von. Isabela de Egipto: un amor de juventud de Carlos V. Introducción y traducción de Ana Isabel Almendral. Madrid: Valdemar, 1999. 174 p. El Club Diógenes; 122. ISBN 84-7702-274-7. 

4 comentarios:

juanpreddis5@gmail.com dijo...

No tenía ni idea de esta obra, y veo que fue publicada por la editorial Valdemar, así que no creo que sea difícil hacerse con ella.
Aunque se trate de literatura del siglo XVIII -quizá un poco difícil de leer, para el que no esté acostumbrado- la veo interesante.

Llosef dijo...

¡Hola Reddis! Es cierto que si no estás acostumbrado a leer obras de esta época quizá te resulte algo difícil en un principio, pero si te atrapa y te dejas llevar por su fantástico desatado y desde luego del todo opuesto al que se estila ahora la disfrutarás muchísimo. La edición de Valdemar está a muy buen precio, así que por aventurarse no se pierde nada. Y si te gusta, ganarás mucho... ¡Un saludo y gracias por comentar!

Nisa Jim dijo...

Leí esta obra y es maravillosa, me gusto demasiado, aunque tengo muchas ocupaciones siempre esperaba el momento libre para seguir leyéndola porque cada vez te atrapa mas y quieres conocer hasta donde llegars esta maravillosa historia. Excelente

Llosef dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, Nisa Jim: una novela maravillosa. ¡Gracias por comentar!