Bueno, bueno, que nadie se asuste: no es mi intención comentar cada cuadernillo que me lea de nuestros héroes. Sí me detendré, sin embargo, en todos aquellos que me resulten curiosos o me llamen la atención de alguna manera. Tampoco, por desgracia, tengo todos los números de la colección.
Pues bien, tras ver cómo Roberto Alcázar y Pedrín se enfrentaban a serpientes amarillas, hombres sin rostro, bandas de maleantes en la más pura tradición folletinesca o pulp como la de “La mariposa negra”, a fantasmas que no lo son, y en sus aventuras pasar de América a África para luchar junto a la Legión Francesa contra los tuaregs, llegamos a un par de historietas tranquilas, sin apenas acción ni jarabe de palo, tan entretenidas como las anteriores pero que nos muestran a nuestros héroes muy alejados de su imagen “oficial”.
En La reina de la selva toda la aventura se limita a ir a llevar medicinas a una blanca convertida en reina de una tribu del África profunda, la cual se encuentra enferma. Los nativos están desesperados porque ven cómo su hechicero no puede hacer nada por curarla. El humor de Pedrín se convierte en el dueño de la función.
De camino al poblado de la reina blanca, nuestros héroes demuestran que ellos no son los típicos turistas blancos que van allí de vacaciones a un safari.
Deciden parar a darse un baño, y allí los vemos en calzoncillos lanzándose a las aguas en un grupo de viñetas que harían las delicias de todos aquellos críticos reaccionarios que ven homosexualidad pecaminosa en cada línea. También despreciarán a Sócrates, Platón y los filósofos de la Academia, digo.
Les ataca un cocodrilo, pero Roberto detiene su ataque con un truco que de seguro las nuevas generaciones ignoran. Lo dejo aquí para su conocimiento universal: ¡no falla!
Otro topicazo acerca de las aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín es su supuesta misoginia: se suele afirmar que en sus historietas siempre que aparece una mujer es mala y pecaminosa. Algunas malas sí que aparecen, pero vamos, el pulp más tirado deja en mantillas a nuestros héroes. En estas dos historietas, las mujeres que aparecen son personajes positivos que ayudan a nuestros amigos y hacen amistad con ellos. Mirad la reina de los nativos:
Y en la aventura Robinsones del África, cuando Roberto Alcázar está perdido y herido y Pedrín abandonado a su suerte comanda una legión de monos que le ayudan a sobrevivir, quien los salvará será una mujer. Y atención: una mujer que lleva a su cargo toda una expedición. A años luz de la Deborah Kerr del clásico cinematográfico Las minas del Rey Salomón, en el cual la pobre no era más que un engorro para el trabajo de los machos (pero tan maravillosa como siempre, por descontado).
La reina rubia, finalmente, declarará su deseo de no volver a la civilización: es feliz allí, reina de los nativos, todos a su disposición. ¡Como para volver con los blancos! Roberto y Pedrín se van, pero antes, agradecida por las medicinas que la han curado, la reina les obsequiará con más regalos que la propia Dama Galadriel a los hobbits.
Pues bien, tras ver cómo Roberto Alcázar y Pedrín se enfrentaban a serpientes amarillas, hombres sin rostro, bandas de maleantes en la más pura tradición folletinesca o pulp como la de “La mariposa negra”, a fantasmas que no lo son, y en sus aventuras pasar de América a África para luchar junto a la Legión Francesa contra los tuaregs, llegamos a un par de historietas tranquilas, sin apenas acción ni jarabe de palo, tan entretenidas como las anteriores pero que nos muestran a nuestros héroes muy alejados de su imagen “oficial”.
En La reina de la selva toda la aventura se limita a ir a llevar medicinas a una blanca convertida en reina de una tribu del África profunda, la cual se encuentra enferma. Los nativos están desesperados porque ven cómo su hechicero no puede hacer nada por curarla. El humor de Pedrín se convierte en el dueño de la función.
De camino al poblado de la reina blanca, nuestros héroes demuestran que ellos no son los típicos turistas blancos que van allí de vacaciones a un safari.
Deciden parar a darse un baño, y allí los vemos en calzoncillos lanzándose a las aguas en un grupo de viñetas que harían las delicias de todos aquellos críticos reaccionarios que ven homosexualidad pecaminosa en cada línea. También despreciarán a Sócrates, Platón y los filósofos de la Academia, digo.
Les ataca un cocodrilo, pero Roberto detiene su ataque con un truco que de seguro las nuevas generaciones ignoran. Lo dejo aquí para su conocimiento universal: ¡no falla!
Otro topicazo acerca de las aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín es su supuesta misoginia: se suele afirmar que en sus historietas siempre que aparece una mujer es mala y pecaminosa. Algunas malas sí que aparecen, pero vamos, el pulp más tirado deja en mantillas a nuestros héroes. En estas dos historietas, las mujeres que aparecen son personajes positivos que ayudan a nuestros amigos y hacen amistad con ellos. Mirad la reina de los nativos:
Y en la aventura Robinsones del África, cuando Roberto Alcázar está perdido y herido y Pedrín abandonado a su suerte comanda una legión de monos que le ayudan a sobrevivir, quien los salvará será una mujer. Y atención: una mujer que lleva a su cargo toda una expedición. A años luz de la Deborah Kerr del clásico cinematográfico Las minas del Rey Salomón, en el cual la pobre no era más que un engorro para el trabajo de los machos (pero tan maravillosa como siempre, por descontado).
La reina rubia, finalmente, declarará su deseo de no volver a la civilización: es feliz allí, reina de los nativos, todos a su disposición. ¡Como para volver con los blancos! Roberto y Pedrín se van, pero antes, agradecida por las medicinas que la han curado, la reina les obsequiará con más regalos que la propia Dama Galadriel a los hobbits.
Regalos con los que este buen espectro jamás fue obsequiado.
5 comentarios:
¡¡¡Si creyera en dios, ay, hoy le daría gracias infinitas!!! ¡Por fin hay alguien que hable bien, que comprenda la esencia bizarra y singular del más grande de los personajes de nuestro Pop hispano! harto estoy de reivindicarlo, en varios de mis libros, en el blogo, en fanzines como 2000Maníacos: ¡ya no estoy solo en el universo! Dije una vez, y lo reafirmo cuantas veces haga falta: "no existe una sola frase en los mil doscientos diecinueve episodios en los que quede patente la adhesión de los héroes a su atribuido fascismo: no hay ultranacionalismo, ni afán totalitario, ni supoeditación a las jerarquías, ni sumisión del individuo frente a lñas estructuras del estado". Mas, ay, la mentira es terca, y todavía hoy lkos ignorantes se empeñan en hacer de Alcázar un símbolo del Régimen... ¡¡Allá ellos, con sus necedades!! ¡Arrenegados sean, en su pecado llevan su propia condena!
Dos precisiones más: los guiones de Jordán Jover no son, pese a la Wikipedia, mayoría, se trata solo de los primeros episodios. Pedro Quesada es responsable de los enfebrecidos episodios del Hombre DSiabólico, y Federico Amorós firma más de ochocientos cuadernos... Otros colaboradores de Valenciana como Vicente Totajada o el mismo Soriano Izquierdo se encargaron del resto...
Y tenga en cuenta que los dibujos de esta edición los hizo de nuevo Vañó en los setenta, en base, eso sí, a los argumentos de los primeros níúmeros originales de 1940-44...
Y una vez más: ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!
¡Gracias a usted, Abuelito! ¡¡¡Vaya andanada de información!!! En la próxima entrega aclararé todo esto que usted me indica si me permite que le cite. Imagine también mi alegría cuando en su blog reprodujo todas aquellas maravillosas portadas, las más terroríficas y fantásticas de nuestros héroes: ¡fue alucinante! Y de esas no tenía ninguna... Mi pretensión aquí es mostrar el amor por estos tebeos sin renunciar al sentido del humor, indicando qué me gusta de ellos y qué no, que creo que es la mejor manera de acercarse a ellos. Por desgracia no paso de ser un aficionado, pero... ¡quiero saber más!
Lo que desconocía también por completo es que Vañó redibujara las historias. Tengo cuadernillos (ya llegaré a ellos, o eso espero) de los 70 con Roberto y Pedrín convertidos en unos agentes a lo James Bond que no están nada mal realizados por Vañó, pero estos más antiguos... Ya mostraré cómo algunos de ellos se notan que están remontados, con las líneas de los dibujos "alargadas" para rellenar las viñetas, y viendo cuadernillos en edición facsímil se ve el destrozo realizado. En estos que comento aquí no se nota, algo que me intrigaba. Era como: hay números que están retocados, pero otros que parece que no. ¿Vañó redibujó todo? ¿Solo algunas historias? Sinceramente desconozco todo sobre este asunto. ¿Fue el mismo Vañó quién remontó su trabajo? En fin, perdone que le acose a preguntas Abuelito, pero es que hay que aprovechar que está usted aquí...
Y de nuevo, gracias por sus palabras. ¡Son excesivas! Pero se agradecen más por venir de quien vienen.
1.Tomo nota del truco de Roberto Alcazar para sujetarle las mandíbulas al cocodrilo (no sé si esta artimaña serviría para algunos de nuestros políticos, pero todo se andará). Me llama la atención no sólo el trato distendido con la reina blanca, sino la nueva imagen de Roberto. ¿Qué ha sido de su traje de chaqueta y su corbata? ¿Cómo puede atizar mamporros con semejante atuendo tan formal? No deja de ser surrealista. Los superhéroes norteamericanos dejan la ropa de oficina para su vida cotidiana y se cambian de atuendo para sus heroicidades. Pero Roberto los supera, porque, con la ropa de oficina emprende sus hazañas contra todo malo que se precie (lo cuál me hace desconfiar de cualquier administrativo que se me acerque. ¿Con qué intenciones vendrá?) Los calzoncillos y las camisetas de las viñetas también me han decepcionado. ¿Son lo bastante castos para las almas infantiles del momento? ¿No muestran más que ocultan? Estas ambigüedades se le pasaron por alto a los censores. ¿O no las quisieron ver?
2.Abuelito, creo que los estereotipos no tienen nada que ver con la realidad. Como tú bien dices, estos personajes no representan al régimen, pero hay dos factores que lo prejuzgan antes incluso de que cualquier lector eche una ojeada a los tebeos. Primero el nombre del protagonista, Alcazar, de claras reminiscencias nacional-católicas; segundo, la imagen, que se asocia con José Antonio. Esto es un error, esa era la imagen de los años treinta. Lorca y Rafael Alberti llevaban una imagen parecida: era el peinado de la época. Lo que ocurre es que en la transición algunos extremistas adoptaron esta imagen “demodé” y en el inconsciente popular se ha asociado este look con la extrema derecha
La edición en color comenzó hacia 1976 reeditando la serie desde la aparición del Hombre Diabólico (aventura seriada que en abarcó en origen -allá por 1945- un año entero de publicación), correspondiente al nº 94 de la original.
Así siguió durante unas trescientas entregas, creo recordar.
Más tarde y visto el éxito, Valenciana decidió publñicar los 93 primeros episodios, correspondientes aproximadamente al períodoi 1940-44, con el título de Roberto Alcázar y Pedrín Extra (son los que usted exhibe en los posts).
Para la ocasión, y dado que el dibujo de los tebeos originales era eztraordinariamente tosco y primitivo, Vañó redibujó, con los mismo guiones, un buen montón de ellos, al menos los cuerenta o cincuenta primeros. Por eso ve que estos no están remontados, mientras que el resto sí, a partir de los originales apaisados.
Si tiene curiosidad escríbame a abuelitogum@hotmail.com y le envío escaneos de los originales para que pueda comprarlos con los que reproduce en su blog...
Un abrazo!!
¡Clarísimo! ¡Al fin me entero! ¡Madre mía! Créame, Abuelito, la de vueltas que le he dado a esto... ¡Se lo agradezco infinito! No he leído sus artículos sobre Roberto salvo lo que está en su blog. A ver si los busco, sobre todo dentro de poco que ya volveré a tener tiempo libre. ¡Yujuuuuuuu!
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