Preludio
trágico
(Overture to Death, 1939) es la
octava aventura del Inspector Alleyn de las 32 que protagonizó de la mano de la
escritora neozelandesa Ngaio Marsh, una de las grandes damas de la novela de
misterio junto a Agatha Christie o Dorothy L. Sayers, bien conocidas de manera
popular como las “Reinas del crimen”. Nunca había leído una obra suya y me
apetecía mucho. El resultado ha sido algo decepcionante, aunque con algunos
momentos excelentes que me han dejado con la duda de si intentarlo con otra
novela o dejarlo estar. Si alguien me recomienda de manera especial una, sí que
me animaría. Dejo pues hecha la invitación por si me queréis ayudar con Ngaio
Marsh.
Preludio
trágico,
pese a su título, no puede comenzar de manera más brillante. Hay una excelente
presentación de personajes y una gran exposición de la vida en un pequeño
pueblo inglés. La asfixia provocada por una sociedad encerrada en sí misma y
consumida por las apariencias y las buenas maneras superficiales que ocultan
desaforados fuegos interiores están descritas con verdadero genio. La forma de
mostrar la presión de las opiniones sobre los propios actos, los sentimientos
exacerbados comprimidos hasta estallar en forma de crimen y el poder de la
convención y las formalidades de la vida social no tiene nada que envidiar a
esa novela negra que presume de ser un reflejo crítico o en negativo de la
sociedad y que, en verdad, no va más lejos de lo que en esta novela de Ngaio
Marsh se consigue llegar. Resulta demoledora, incluso un poco deprimente:
rezuma oscuridad y mala baba, escarbando hasta lo más profundo de la psicología
de sus personajes. Marsh no se detiene ante nada y el desarrollo de la enferma
trama hasta la mitad de la novela es subyugante.
Pero entonces acontece el asesinato. Este es
sorprendente, chocante, llama la atención de manera poderosa y nos deja
descolocados. Y, sin embargo, a partir de aquí la historia se hunde en la
habitual sima de interrogatorios, el baile de preguntas y respuestas ya
consabidas, esas que si me las hicieran a mí no podría responder ni a una
porque yo qué sé dónde estaba y qué demonios estaba haciendo el pasado martes a
las 21 horas y 13 minutos: qué hizo usted a esta hora, dónde estuvo, con quién,
se fijó si esa brizna de hierba estaba torcida… Bien que este maelström
especulativo nació en las obras de Marsh y sus compañeras de viaje, pero eso no
impide que resulte un auténtico rollazo, un bajón en la novela justo cuando
habíamos entrado en ella a ciegas y estábamos por completo inmersos en ese
rincón pequeño y perdido que puede ser cualquier rincón del mundo. Está fantástico comprobar cómo la autora arma
su complicado puzzle, pero la identidad del criminal importa un rábano y se
deja de lado lo que hasta entonces suponía el punto de mayor interés: ese
retrato despiadado de una comunidad aislada. A su favor, diremos que en el
tramo final Marsh ofrece una pista potente para que no todo sea una sorpresa en
el desenlace, recuperando en parte la trama más psicológica y enfermiza. Pero
ya es algo tarde y lo mejor se ha quedado en el camino. Lo dicho, si me
recomendáis una novela de Marsh que os haya encantado, lo intentaré de nuevo.
Si no es así, no sé si volveré a ella. Y algo me dice que más de una de esas 32
novelas merece la pena. El intríngulis radica en saber cuál.
Lo que no se puede negar es que Ngaio Marsh
se trataba de una señora elegante de verdad, ¿no?
MARSH, Ngaio. Preludio trágico. Traducción de
Agnes Pierce de Zamora. México, D.F.: Editorial Cumbre S. A., 1954. 238 p.
Laberinto.
7 comentarios:
Anoche estuve mirando por el blog, y recordé las entradas sobre Keeler, que tanto me llamaron la atención, y al ver el premio literario que ganaste, y que organizaba la fundación que se dedica a preservar la obra de tan curioso personaje, me pregunté qué debería hacer yo -o cualquier otro- para participar en él, y cuando se organiza. No sólo estoy pensando en intentarlo, aunque tenga que esperar meses para ello -imagino que, como siempre, habré llegado tarde; en fin...- sino, incluso, proponérselo a más gente.
Igual se extrañan allá, en los USA, de ver tanto participante español, pero si lo que querían es que los conocieran, esa es la mejor forma.
Si me puedes informar, mejor.
Hasta pronto, y suerte con todo.
¡Hola Reddis! Por supuesto que te cuento. Lo mejor es ir mirando de vez en cuando la página de la Harry Stephen Keeler Society (http://site.xavier.edu/polt/keeler/), aunque no han vuelto a organizar ningún concurso. El que comentas fue, por el momento, el primero y el último (en twitter), al menos que yo tenga noticia. Si miras en la sección Imitate Keeler Competition verás que había otro concurso que no se celebra desde el año 2008. Lo ganó en dos ocasiones Ken Keeler, guionista de Futurama. El autor de esta excelente página, Richard Polt, se pasa de vez en cuando por este blog, así que lo que podemos hacer es animarle a que monte otro concurso. Aunque sé que el mantenimiento de la página y el Keeler News le da mucho trabajo y le deja poco tiempo, pero bueno, quién sabe... ¡Saludos!
Hola Llosef y Reddis,
¡Es verdad, me paso de vez en cuando por el blog!
Ví después de varios años que menos y menos gente se interesaba por los concursos, y por eso he dejado de organizarlos -- aunque el "tweet" de Llosef fue genial. Es posible que me anime a organizar un nuevo concurso.
De todos modos, la Keeler News sigue publicandose cada 3-5 meses, más o menos. Miembros españoles de la HSK Society siempre están bienvenidos.
Además hay un nuevo grupo en Facebook para aficionados de HSK en España.
Richard
Pues me pasaré por las páginas, y les haré saber que en España también hay gente que les sigue.
Gracias por la información.
¡Hola Richard!
Bueno, pues si te animas a reactivar alguno de los concursos, quizás haya más participación. ¡Ojalá que sea así! Con la creación del facebook de Keeler puede que tenga más repercusión, al menos aquí en España.
Reddis: bueno, pues ya ves que quizá vuelva el concurso de la HSK Society. En facebook se ha creado recientemente la página Harry Stephen Keeler - España. Puedes buscarla bajo ese nombre y unirte si te apetece.
(En facebook también he abierto una página de La décima víctima.)
¡¡¡Saludos para ambos!!!
Para mí la novela fue una desilusión.
Como dices: después del asesinato todo lo narrado es un fastidio de lo más aburrido e insalvable.
Hasta pude adivinar por ciertos detalles injustificables -no parecía sorpresa- en una novela policial quién era el criminal antes del final.
¡Plop!
No creo que lea algo más de esta autora porque para mí su detective es de lo más insoportable...
Saludos
Pues de acuerdo en casi todo, Black. Yo solo me animaré con otra si alguien me recomienda alguna en concreto, pero así a lo loco, nanay, jajaja. ¡Saludos!
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