Continúo escribiendo para la página de cine El antepenúltimo mohicano, aunque llevo tiempo sin poner al día mis colaboraciones aquí en La décima víctima. Hoy voy a cubrir un poco la distancia que lleva del lugar donde me encuentro al sitio donde he dejado atrás a este mi pobre y amado blog, quizá tan maltratado por mí precisamente por ser el sitio que más quiero. Y empezaré enlazando el comentario que escribí sobre una de mis películas favoritas, la amarga pero fascinante El cuervo (Le corbeau), dirigida por el gran Henri-Georges Clouzot en el año 1943. Podéis leerlo
A continuación, una película por la que siento un gran cariño, una de esas series b que hacen que amemos la ciencia ficción de los 50 con verdadera pasión: Me casé con un monstruo del espacio exterior (I Married a Monster from Outer Space, Gene Fowler Jr., 1958). El título ya es por sí solo una maravilla, pero esta historia de alienígenas que solo buscan infiltrarse entre nosotros para sobrevivir y acaban siendo mejores maridos que los propios humanos es de un encanto irresistible. Yo siempre lo he creído: cualquier monstruo de la galaxia más lejana que imaginéis, por feo que sea, es mejor que el mejor de los humanos. Una película que defienda esta tesis ya tiene ganado mi corazón. El comentario en extenso:
Y para terminar por hoy, un film que no tiene absolutamente nada que ver con los anteriores salvo que también se trata de una magnífica película: Capitanes intrépidos (Captains Courageous, Victor Fleming, 1937). El relato de Kipling jamás pudo contar con mejor representación en el cine. Una historia de aprendizaje y amistad como en muy pocas ocasiones podremos encontrar: mostrando coraje tanto en la rudeza como en las partes dominadas por la delicadeza de los sentimientos.
2 comentarios:
La disparidad temática es lo que hace atractivo este programa triple. Solo tienen en común que todas son excelentes!!
Un saludo.
¡Sí que lo son! ¡Un saludo, Wolfville!
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