lunes, abril 14, 2014

La Legión del Espacio (1934), de Jack Williamson



En su origen, la novela de Jack Williamson La Legión del Espacio (The Legion of Space) fue publicada en seis entregas en la mítica revista de ciencia ficción Astounding Stories durante el año 1934. Está considerada con razón una obra maestra de la space opera, la sección más aventurera y luminosa del género, y una de las pioneras en marcar las formas y el estilo de la misma. Su sombra se proyecta hasta la actualidad en sagas como la de Star Wars, por ejemplo. Combates intergalácticos, héroes intrépidos, princesas y damas en peligro, naves imposibles rasgando la oscuridad del vacío interestelar y poca o ninguna credibilidad científica. Aquí es la imaginación desbocada quien impone sus reglas, y estas se alimentan de la aventura en su estado más puro. Peripecias sin fin, peligros que se suceden a velocidad prodigiosa, mundos fantásticos y personajes de una pieza que funcionan casi más por su fuerza icónica que por su posible humanidad. Así los cuatro héroes de esta novela, un trasunto de los mosqueteros de Alexandre Dumas, desde un joven e inexperto, pero siempre intrépido John Star (D’Artagnan), hasta el excesivo y divertido Giles Habibula, cuyas únicas preocupaciones parecen ser el vino y la comida (si es un lugar común la comparación de la Legión con los mentados mosqueteros, también lo es el comparar a Habibula con el Falstaff shakesperiano), pasando por el forzudo y fiel Hal Samdu y el circunspecto y noble Jay Kalam. Y la bella joven en peligro, claro, Aladoree Anthar, que guarda en su cerebro el secreto del arma más poderosa jamás creada, el AKKA, a la que deben proteger.



Williamson no es que impregne de profundidad a sus personajes. Son de una sencillez desarmante, ya he dicho que parecieran antes representaciones de humanos que humanos en sí. Será el devenir incansable de la aventura lo que los dotará de personalidad, lo que nos transmitirá su forma de ver y enfrentarse a la vida, lo que enseguida hará que los amemos sin que su creador tenga que recurrir a más dramas que los impuestos por una invasión orquestada por unas criaturas horrendas surgidas de lo más lejano del espacio profundo, los medusas. Como afirmaba Robert Louis Stevenson, la filosofía de los personajes no se debe transmitir con largas parrafadas, sino que debemos sentirla y comprenderla a través de sus actos. Y aquí Williamson es tan diáfano como certero. Fantástico, sirva como ejemplo, al mostrarnos la buena fe e intenciones de John Star pero al tiempo su bisoñez e inexperiencia, la cual ayudará de manera indirecta el rapto de Aladoree por parte de los medusas. En la primera parte de la novela, el autor nos plantea las bases y las reglas del juego al que vamos a asistir. En la segunda, cuando los cuatro perseguidos y maltrechos miembros de la Legión se lancen a la tarea titánica de salvar a la joven y rescatarla del corazón del planeta de los medusas, será cuando la acción se dispare sin darnos respiro, tornándose emocionante de manera especial cuando la trama nos arroja, como a nuestros héroes, a las playas hostiles y extrañas del planeta de los alienígenas raptores.

Williamson resulta magistral en las descripciones de este mundo hostil en el que mueren lentamente hasta sus moradores eternos, los medusas. Un planeta alucinante en el que nuestros cuatro héroes se enfrentarán a mil peligros a un ritmo mareante. Nos vemos arrastrados página tras página sin poder detenernos. Es extraño: sabemos que los protagonistas siempre se salvarán, que saldrán ilesos de todas las peripecias y horrores a los que se van enfrentando una vez y otra más, pero la grandeza de Williamson es llevarnos constantemente a ese punto en que es imposible imaginar cómo demonios lograrán escapar. La lectura es un vértigo continuo donde la fascinación se entremezcla con el horror, sobre todo cuando llegamos a la capital de los medusas, una ciudad cuya arquitectura es toda una pesadilla, donde la grandeza imaginativa de su autor brilla con más fulgor pues nos presenta un mundo en verdad imposible, alejado de todo lo conocido, allí donde solo podrían vivir unos seres que nada tienen que ver con los terrestres. Un infierno de torres vertiginosas y calles como trampas infernales, un lugar donde todo lo humano es ajeno. Una ciudad en la cual el mismo Cthulhu tendría problemas para subsistir.

Williamson extrae de nosotros nuestro yo más joven, ese niño que mira fascinado un maravilloso espectáculo donde la belleza y el horror se funden, donde los héroes son intrépidos aunque en ocasiones tiemblen de miedo y se estremezcan de dolor, donde la joven que deben salvar es tan arrojada y desafiante como hermosa, mundos que nacen ante nuestros ojos inundados de imágenes que nunca antes habíamos contemplado y que quizá nunca volveremos a ver a no ser que volvamos allí con ellos, el espacio como ese lugar donde la aventura y lo desconocido se presenta tras cada asteroide, a la vuelta de cada estrella que nos ciega con su esplendor. Allí donde la maravilla toma la forma de la más trepidante de las aventuras.  





WILLIAMSON, Jack. La Legión del Espacio. Ilustración de portada de Salinas Blanch; traducción de Eduardo Goligorsky. Barcelona: Martínez Roca, 1976. 205 p. Súper-ficción; 9. ISBN 84-270-0188-6.    

15 comentarios:

Felipe "Nemo" Orce dijo...

Con reseñas tan entusiastas como la suya, don Llosef, como para no querer engancharse a un libro así. Pero ¿está disponible en alguna nueva edición, o me veo "condenado" a buscar en bibliotecas de viejo?

Llosef dijo...

Amigo Felipe, me temo que deberá usted buscar por aquí y por allá, pero créame que cualquier esfuerzo dedicado a tarea tal le será recompensado con una lectura fascinante.

Anónimo dijo...

Gracias por tan magnífica y entusiasta reseña. No dejes de leer " Más oscuro de lo que pensáis " también llamada " El hijo de la noche" del mismo autor. Una pequeña gema. Un abrazo, maestro. victorderqui.

Llosef dijo...

¡Gracias a ti por comentar, victorderqui! Buscaré ese "Más oscuro de lo que pensáis", que ya he visto que también impone una búsqueda por librerías de viejo y de saldo tanto reales como virtuales... ¡Un abrazo!

Francesc Barceló dijo...

Desde siempre he oído y leído en diversos medios que el origen de Star Wars y todo lo que ha venido detrás está en esta novela de Jack Williamson, que el amigo George Lucas se debió estudiar de cabo a rabo. Un saludo, Llosef.

Llosef dijo...

¡Hola Francesc!

Bueno, como toda obra pionera es normal que creara ciertas pautas que se repetirían en los relatos y novelas del género que siguieron su estela. Lucas tuvo bien presente antecedentes literarios y cinematográficos a la hora de crear su saga, claro que sí, sin que eso signifique un desdoro o un intento de deslucir su creación, guste más o guste menos. Es imposible no pensar en Star Wars leyendo "La Legión del Espacio", como tampoco lo es viendo "La fortaleza escondida", la grandiosa película de Kurosawa. Es más, el mismo género bebe de los cuentos tradicionales del folclore más clásico. Sería un poco afirmar que la leyenda no se crea ni se destruye, solo se transforma, valga el símil con la materia, que otra cosa no es: la materia que alimenta nuestros sueños.

¡Un saludo y gracias por comentar!

Fredi dijo...

Ja, ja, ja... me permito poner en su conocimiento, amigos mios, que Williamson escribió algunas secuelas de "La legión del espacio" y si, difícil es obtner la novela que tan acertadamente comenta Llosef, ni os cuento lo que es localizar las fancineras ediciones de hace años de sus continuaciones.... ¡Suerte, y a ello!...
Enhorabuena, es un comentario excelente, Llosef y, ciertamente, hazte con "El hijo de la noche" o "Más oscuro de lo que pensáis", auténtica obra maestra del "thriller esotérico".
Abrazos...

Llosef dijo...

¡Gracias por tu comentario, Fredi! En el número 10 de la revista Barsoom se reseñaban las seis historias que componen la "saga" de la Legión del Espacio. Lo triste es que algunas de ellas no cuentan con traducción en nuestro idioma. Lo bueno es que ese mismo número incluye una de ellas traducida. Aunque ahora está agotado, sus editores han anunciado una reedición, así que atentos los interesados... ¡Un saludo!

Er-Murazor dijo...

Muy buena reseña de una espléndida novela de aventuras espaciales. La leí hace poco tiempo, y aunque desconfiaba de las críticas harto elogiosas que había leído, el contenido estaba totalmente a la altura. No deja respirar de principio a fin.

Llosef dijo...

Se lee en un arrebato, esa es la verdad. ¡Gracias por comentar, Er-Murazor!

Anónimo dijo...

Y no olvides Valerian.

Creo que única influencia-homenaje reconocida por Lucas fue la de Kurosawa. Pero cualquiera le anda con tonterías al emperador...


Julián

Eufronio dijo...

Parecer ser que George Lucas no sólo tomó inspiración de esta obra de Williamson.

Si la memoria no me falla, Javier Martín Lalanda vio claras semejanzas entre algunas escenas de Indiana Jones y pasajes de "Sangre dorada", escrita también por Williamson.

Lo cual es bastante probable, pues los creadores del arqueólogo del látigo siempre admitieron que se basaron en los aventureros pulp que se movían entre los restos de civilizaciones desaparecidas y en ambientes exóticos coetáneos.

Quizá algún día la Biblioteca del Laberinto o Barsoom recuperen todas estas magníficas novelas. O puede que Anaya se decida a reeditar aquella maravillosa colección que fue Ultima Thule.

Un saludo.

Llosef dijo...

Amigo Julián, Valerian es otra de las evidentes, claro, y cómo no después de leerlo. Otro gran clásico de la ciencia ficción.

Eufronio: confiamos en que las editoriales que comentas vayan poco a poco editando estas grandes novelas, aunque algo como Última Thule no creo que se vuelva a repetir. ¡Ojalá me equivoque!

¡Gracias a ambos por comentar!

C. Rancio dijo...

Llosef, me has retrotraido a mis 15 años, cuando leí con fascinación y deleite esta novela. Solo quiero secundar las recomendaciones de Más tenebroso... y de Sangre dorada, y añadir la antología Lo mejor de Jack Williamson, que solo abarca sus inicios pero tiene relatos estupendos y mucha información curiosa sobre el pulp en los 30.

Llosef dijo...

¡Gracias C. Rancio! Todas estas estupendas recomendaciones están bien apuntadas. Lo más bonito de esta novela de Williamson es que yo me la he leído ya bien mayor y... ¡me ha hecho disfrutar como un niño! ¡Gracias por comentar! Un saludo.