
¡Buf! Pese a que en algunos momentos resulta de una ingenuidad desarmante, y que lo del tipo siniestro es un truquito de la más baja ralea, hay que reconocer que Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz es su nombre verdadero: si queréis saber más sobre sus otros seudónimos, su ingente obra, qué demonios está haciendo ahora y demás, os recomiendo el gran artículo de José Carlos Canalda que podréis leer si lleváis la flechita hasta AQUÍ y oprimís el botón derecho de vuestro ratón) imprime fuerza y convicción en estos primeros capítulos de su novela Boda de ultratumba, título magnífico que, soy así, a mí ya me ganaba antes de empezar siquiera a leer. Novela de bolsilibro, novela de a duro (aunque ésta costaba 75 pesetas de la época), el pulp patrio, en fin, como queráis llamarla, padece todas las carencias de este tipo de novelas: rapidez en su ejecución, estilo apresurado, mucho diálogo y poca, siendo amables, descripción. Pero ojo: Garland supera la media, y pese a que en el tramo final la novela pierde fuelle, su arranque es muy bueno, en especial los momentos que dedica a describir la macabra boda y la noche nupcial con la desposada cadáver. Dos momentos francamente conseguidos, enfermizos y angustiosos, sí que es verdad que sin resultar algo espectacular, pero plenos de atmósfera terrorífica.
Garland se permite además referencias continuas a Poe, en una ocasión citando directamente su relato El entierro prematuro, buscando una referencia externa de temática obsesiva y enferma que le ayude a meter al lector con rapidez en su trama, y también a El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, como apoyo para su descripción del estado al que ha llegado su protagonista. Pequeña piedra de toque ésta para empujarnos a comprender con mayor rapidez el carácter depravado de Desmond antes de la aterradora noche de bodas que lo cambiará para siempre. El lector habitual de novela popular quizá no tenga ni repajolera idea de quiénes sean estos Poe y Wilde, pero honra a Garland que considere que sí que lo saben.
Como he comentado, la noche que Desmond debe pasar con la esposa muerta da lugar a las mejores páginas de la novela. No llega a resultar necrófila, que tan lejos no se podía ir, pero el horror de permanecer junto a un cadáver toda una noche está reflejado con verdadero nervio macabro.
Lástima que la trama no deje de ser en el fondo una intriga criminal que gira alrededor de una herencia, con una intervención sobrenatural en su desenlace digna del más vetusto gran guiñol que resulta del todo ridícula, como poco, pero la historia se ha desarrollado con interés, manteniendo el misterio del porqué de tan mórbida boda de manera muy efectiva. Cuando llegan las explicaciones, nos importan un rábano, eso por descontado. Preferimos la gota de sudor en la frente provocada por el miedo, la angustia ante la visión de un cuerpo muerto que parece respirar, el sonido habitual de un crujido que en la noche se amplifica y está preñado de terror. Lo demás, como si no existiera.
GARLAND, Curtis. Boda de ultratumba. Ilustración de portada: Prieto. Barcelona: Ediciones Forum, Editorial Delta, 1985. 96 p. Serie terror thanatos; 15. ISBN 84-7598-088-0.
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