Francisco González Ledesma es un más que reconocido novelista, que ha destacado además de manera especial en el género de la novela negra. Pero si hablamos de él aquí no es por su faceta de escritor “serio”, sino para comentar una de los cientos de novelas que escribió bajo el seudónimo de Silver Kane. Publicadas en forma de bolsilibros, en ellas tocó todos los géneros llegando a convertirse en uno de los nombres más habituales y reconocidos por quienes seguían estas colecciones de literatura de quiosco. Quizá lo más notable de Ledesma es que, una vez devuelto al mundo editorial con su nombre (así se inició, con su primera novela premiada internacionalmente y censurada en la España de Franco), nunca ha renegado de su época de escritor a sueldo de la editorial Bruguera escribiendo un buen puñado de novelas a la semana. Al contrario: siempre ha afirmado que fue una gran escuela para él y, si visitáis su página, veréis que se encuentra información tanto de él como de su alter ego Silver Kane. Honra su trabajo y honra a sus lectores quizá menos exigentes, pero igual de apasionados.
Los ha matado el demonio (1976), pese a pertenecer a la colección dedicada al terror de los bolsilibros de Bruguera, es más deudora del género negro, más afín al autor, que del horror. En ella Kane parte de un par de supuestos fantásticos (una chica que predice asesinatos y un asesinato brutal cometido por lo que parece ser un hombre lobo) que al final resultan no serlo. Explicaciones racionales para todo que hacen que se decante sin lugar a dudas hacia el primero de los géneros mencionados. Da igual si la novela fuera buena, pero en esta ocasión Kane no anda fino. Tampoco estamos ante una obra desdeñable, por supuesto, pero da un poco de rabia que por no estar centrada en el género que le corresponde el conjunto se resiente por una clara falta de consistencia narrativa.
Así, quizá lo peor en ella sea el haber tenido que disfrazar con una postiza historia fantástica, obligaciones de la colección, lo que en realidad es un relato criminal, lo cual lleva además a tener que dar un par de estrambóticas explicaciones finales. Pero sí que funciona el tono de angustia, de desastre inminente que los protagonistas, una y otra vez puestos sobre aviso por la vidente, no logran evitar.
Chocan un tanto los métodos policiales para dar con el asesino, con policías que vomitan y medio se desmayan al ver un cadáver hecho trizas. No sé, igual he visto demasiadas películas malas, pero uno presupone que un policía de New York tiene algo más de estómago, que andarán ya un poquito estragados por todo lo que han tenido que ver por esas calles. Pero en fin, es lo mismo.
Una lástima que la capacidad visionaria de la protagonista sea una pamplina, porque ella da algunos de los mejores momentos del relato. Revela solo lo justo para que la policía pueda comenzar a actuar, pero no lo suficiente como para que su trabajo resulte efectivo. Como he dicho, esto provoca buenos momentos de tensión y angustia. ¿Alguien esperaba más?
KANE, Silver. Los ha matado el demonio. Ilustración de cubierta de Desilo. Barcelona: Bruguera, 1976. 95 p. Selección Terror; 164. ISBN 84-02-02506-4.
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