En lo más profundo y salvaje del oeste
norteamericano unas vacas están desapareciendo tras mostrar una conducta que
aparenta un indicio de inteligencia. Y lo que es peor: una inusitada violencia.
Vacas y extraterrestres es el punto de partida que nos ofrece Alberto López
Aroca en Cuatreros de Venus (2013),
publicado bajo el seudónimo de Norm Eldritch, un relato en el que el autor sabe
pendular de lo divertido, sección descacharrante, a lo emocionante, sección
invasión de la Tierra en toda regla. El sheriff Quatermass, tal vez un ancestro
del famoso profesor que se enfrentara en varias ocasiones a amenazas
alienígenas primero en la televisión británica, después en el cine de la mano
de la productora Hammer, y sus ayudantes, el joven inexperto pero arrojado Proinsias
Kelly y el viejo borracho medio indio Amos Colman, harán frente a este
misterio. Un trío de héroes que nos retrotraen a las películas de Howard Hawks Río Bravo (Rio Bravo, 1959, con guion de Jules Furthman y, ¡atención!, la
escritora Leigh Brackett según un relato de B. H. Campbell) y El Dorado (1966, con guion de Leigh
Brackett de nuevo, esta vez inspirado en una novela de Harry Brown). Con estos
magníficos modelos Aroca construye su historia con absoluta libertad: son un
referente, no una repetición de algo ya creado, y en su uso y forma de dotarlos
de personalidad propia estriba su maestría.
Cuatreros
de Venus
entronca con sus novelas Charlie Marlow yla rata gigante de Sumatra (2012) y Los náufragos de Venus (2013), con esta última de manera especial, pues al fin
sabremos qué ocurrió con el “extraordinario gusano desconocido para la
ciencia”, ese caso de Holmes referido por él pero nunca narrado por el doctor
Watson, y también tendremos noticias de los acólitos de color verde del mentado
gusano y del que acabará siendo su portador humano, un taxidermista y
sepulturero llamado Fender. Más piezas para el puzzle vertiginoso con el cual
Aroca nos está deleitando paso a paso en su obra. A carcajada por página, pero sin
abandonar ni dejar a un lado nunca la tensión del relato cuando este precisa de
ello, las aventuras de este trío impagable se pueden contar entre las páginas
más acertadas y conseguidas del autor. Bueno, la verdad es que todo lo que he
leído de él hasta ahora se puede contar entre lo mejor, porque no he encontrado
nada que no me guste, jaja. Una verdadera golosina delirante y magnífica que he
disfrutado como un poseso.
Pero hay más, no se vayan todavía. En la no
menos prodigiosa novela corta El “gang” de
los monstruos (2013, en la cual Aroca se “oculta” bajo el sobrenombre de
Vince Harley) nos encontramos a Batman, al Capitán Marvel (el bueno, el de los
tebeos de Shazam), a Sherlock Holmes y a un detective duro de esos a lo Mickey
Spillane (de hecho, es “hermano” del famoso Mike Hammer) enfrentándose al
terrible y extraordinario gusano desconocido para la ciencia, que no es otro
que el simpático pero implacable señor Think (un trasunto del Mr. Mind de los
cómics de Shazam). Continúan los intentos de este por domeñar al mundo, ahora
durante la Segunda Guerra Mundial, con la aparición estelar de su ya a estas
alturas requetemomificado Fender, el sepulturero taxidermista de Cuatreros de Venus. Que el joven Billy
Batson sea un descendiente del doctor Watson (su nieto) y que Sherlock, ya
anciano pero activo y lúcido como nunca, lo reclute como su ayudante es… no sé
cómo decirlo ya sin resultar cansino… ¡formidable! Esta mezcla de relato de
misterio con novela negra y, de paso, con cómic de superhéroes, engarzado todo
ello en un poderoso relato de aventuras de claras connotaciones fantásticas,
con raíz en la ciencia ficción modalidad invasión extraterrestre (de nuevo), es
una pura delicia. Si ya es una maravilla leer un capítulo introductorio en el
cual Bruce Wayne pide ayuda a Sherlock Holmes, no menos apasionante resulta el
momento en que restalla el rayo y retumba el trueno ante ese grito, que aquí
solo imaginamos, de ¡Shazam!
Ambas obras gozan de una cuidada edición a
cargo del autor, un placer para los degustadores de las publicaciones nacidas
al amparo de la cultura popular hasta el punto mismo del juego con los
seudónimos o su presentación emulando la de un bolsilibro. Hay buen gusto y
mucho cariño, pero además hay un par de portadas de Sergio Bleda que aquí está,
otra vez, sensacional. En especial en la cubierta de El “gang” de los monstruos con ese homenaje a Norman Rockwell que
no podemos dejar de comentar y admirar: en ella vemos a cuatro de los
protagonistas de este relato fabuloso enmarcados en la referencia visual más
importante de la Norteamérica de la época. Un golpe genial que nos encanta de
manera especial aunque tanto Bleda como Aroca ya nos están mal acostumbrando a
que lo genial sea la norma.
Terminamos comentando esta terna imbatible
con el cuadernillo sherlockiano, editado a la manera del clásico Baker Street Journal, dedicado a lo
fantástico y “lo desconocido” en la obra de nuestro detective favorito Sherlock Holmes y lo “outré” (2007).
Este se abre con El Maestro y lo “outré”,
una colección breve de seis citas del canon (para los no iniciados, el canon
está formado por aquellas historias de Holmes escritas por Arthur Conan Doyle)
en las cuales Sherlock o Watson (este solo en una de ellas) mencionan tal
término. Introducción: “No ghosts need
apply” es una presentación de este cuaderno centrado, como hemos dicho, en
la relación de Holmes con lo fantástico. Si bien su postura siempre fuera
escéptica, en algunos casos mentados por él o Watson pudiera ser que se hubiera
enfrentado a casos sobrenaturales. Quizá la más extraña de estas aventuras del
canon sea La aventura del hombre que
reptaba, si bien está relacionada íntimamente con un estudio o
descubrimiento científico. Del todo “outré”, eso sí.
“Un
extraordinario gusano desconocido para la ciencia” es un apasionante
estudio sobre las diversas apariciones estelares del famoso gusano
sherlockiano, uno de los casos que nuestro detective consultor jamás
resolviera, en incontables relatos y artículos. Ya aquí se tiene en cuenta a
Mr. Mind, el gusano de Venus que tanta guerra diera al Capitán Marvel en los
años cuarenta y que Aroca ha convertido en el terrible señor Think de sus
novelas y cuentos.
La
“Conexión Friesland”.
Lo que aconteciera a Holmes y Watson a bordo del navío a vapor holandés Friesland forma parte de esa pléyade de
casos citados por el doctor, bien por boca de Holmes o bien por él mismo, pero
jamás narrados o salidos de su pluma. Pasto pues de estudiosos y autores de
pastiches, parece ser que según algunos de ellos pudiera tratarse del mismo
barco que viera perderse el pterodáctilo que el profesor Challenger trajera a
Europa según se narraba en la novela de Doyle El mundo perdido. Quizá lo más bonito de descubrir en este y en el
anterior artículo de Aroca es que en ambos ya encontramos las ideas que
germinarían y acabarían por convertirse en esas dos emocionantes novelas que
son Charlie Marlow y la rata gigante de
Sumatra y Los náufragos de Venus.
Re:
Vampires, o la “Conexión Carfax” quizá sea el ensayo más prototípico del
volumen: la posible relación o enfrentamiento entre Holmes y Drácula ha dado
juego infinito, y las especulaciones sobre el mismo o los diversos
acercamientos literarios no han dejado nunca de surgir. Cuando además tenemos
un relato del canon, La desaparición de
Lady Frances Carfax, que apunta a que pudiera coincidir en el tiempo la
estadía del siniestro conde en Londres con Holmes investigando un caso que
implica a un tal Abrahams (al cual no se tarda en asociar con Van Helsing) y a
una dama apellidada Carfax, como la mansión donde se alojara Drácula en la
capital inglesa, pues tenemos ya el juego planteado y a los jugadores lanzándose
a una ensalada de referencias, fechas, posibilidades y coincidencias para
hacerlos pasar un rato juntos. ¡Como si los autores que lo han hecho y los que
lo harán lo necesitaran! Los juntarían hasta después de muertos, que para algo
tanto Holmes como Drácula son expertos en esto de volver de sus tumbas. Aquí
podría haber materia hasta para un Holmes
contra Drácula A. D. 2250. Seguro que toma forma algún día, si no lo ha
hecho ya…
El volumen se cierra con un estupendo relato,
Algunos derivados del alquitrán, que
nos muestra juntos a Carnacki y a Holmes, este ya retirado haciendo de
apicultor aficionado. Escrito a la manera de los originales de William Hope
Hodgson (comentados AQUÍ), se trata
de un caso decididamente extraño y “outré”, probablemente cercano a lo
“ridicule”, muy divertido y fundamental para comprender la conexión tal vez más
improbable de todo el cuadernillo: la que en un momento hubo entre el
investigador de lo oculto Carnacki, el maestro de los detectives y de la
ciencia deductiva Sherlock Holmes y… ¡los Pitufos! Ahí queda eso. Solo Alberto
López Aroca podía hacerlo.
Puedes adquirir su obra, autoeditada de
manera exquisita, AQUÍ.
ELDRITCH, Norm. Cuatreros de Venus.
Traducción de Alberto López Aroca; ilustración de cubierta de Sergio Bleda. Madrid:
Academia de Mitología Creativa “Jules Verne” de Albacete, 2013. 102 p. Bisonte
Futuro; 92.
HARLEY, Vince. El “gang” de los monstruos.
Traducción de Alberto López Aroca; ilustración de cubierta de Sergio Bleda.
Madrid: Academia de Mitología Creativa “Jules Verne” de Albacete, 2013. 121 p.
Sherlock Holmes; 103.
LÓPEZ AROCA, Alberto. Sherlock Holmes y lo
“outré”: el maestro y el mundo de lo desconocido. Albacete: Academia de
Mitología Creativa “Jules Verne” de Albacete, 2007. 64 p. D. L. AB-598-2007.
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