No todo es lo que parece, no digo nada nuevo
afirmando esto, pero es que no se me ocurre otra cosa contemplando la en verdad
espantosa portada de este libro y su por el contrario excelente contenido:
cinco relatos muy atractivos de los cuales al menos uno de ellos podemos
considerarlo una obra maestra sin discusión. La recopilación está asignada al
austriaco Kurt Singer, un escritor que además se dedicó a preparar bastantes
compilaciones de relatos casi todas ellas dedicadas al género de terror. No he
logrado encontrar nada referente al libro original, así que dejo como año el de
la edición en español. En uno de los breves textos de presentación de cada
cuento se hace una referencia a “nuestra anterior selección”, lo cual siendo
esta la número uno nos deja algo confundidos. En fin, imaginamos que habrán
tomado de aquí y de allá y hala, palante. No se indica nombre alguno aclarando
quién o quiénes pudieran haber realizado las traducciones. Y para rematar, el
libro se abre con una “Presentación” firmada por Carlo Frabetti que parece realizada
con el piloto automático puesto, breve y escrita, da esa sensación, en menos
tiempo del que cuesta leerla. Y es muy poco. Sin embargo, como ya he dicho, es
una buena colección de narraciones fantásticas, lo de horror tampoco se ajusta
con precisión a la realidad, y encima este libro fue un regalo. Así que le
tengo cariño. Una de esas poquitas cosas buenas, que valen por muchas, que me
ha dejado este solitario blog, pues gracias a él me obsequiaron con presente
tal. Así que, estimada Pato, gracias por este (y otros) que llegaron hasta mí
por ti.
Venga, sequémonos las lágrimas y vayamos al
lío. La antología se abre con El
crepúsculo de los dioses (Twilight of
the Gods), publicado en la revista Weird
Tales en julio de 1948 y escrito por Edmond Hamilton (1904-1977) con ese
estilo sencillo y conciso pero lleno de fuerza y expresividad tan propio de los
mejores pioneros de la ciencia ficción forjados en las publicaciones pulp. Este
es un relato muy bonito y emocionante que toma como base la mitología nórdica
(Thor, Odín, Tyr, Surtr, Hela, Loki, el Puente del Arco Iris, Asgard…) para
construir una historia que bien podría ser el origen de los famosos Relatos de Asgard, los cómics
protagonizados por el Thor de Stan Lee y Jack Kirby desarrollados por este
último, pura fantasía épica en ambos casos que nos gana sin remedio gracias a
su compulsión fabuladora. Si el Thor de dichos cómics contaba con un alter ego
en la Tierra, el doctor Don Blake, el Thor del relato de Hamilton tendrá el
suyo propio, el oficinista Eric Wolverson, aunque no será del todo consciente
de ello, un poco al estilo de tantos personajes pulp tipo los de Edgar Rice
Burroughs o Robert E. Howard, que ocultan sin saberlo en su interior una
personalidad casi mítica, un héroe o incluso, por qué no, un dios. La obra de Hamilton
mantiene su fuerza intacta leída hoy, o al menos yo lo siento así. Quizá no sea
el estilista más cuidadoso ni el narrador más fino, pero sabe cómo dejarnos
sentados en la silla leyendo sin permitir interrupciones hasta que él decide
que hemos llegado al final.
Los
señores del reino de los muertos (Lords
of the Ghostlands) es una aventura de Jules de Grandin y el doctor
Trowbridge, los personajes creados por Seabury Quinn (1889-1969), publicada en
el número de marzo de 1945 de Weird Tales.
Es sabido que Quinn fue uno de los autores más populares de la revista y
Grandin su creación más conocida. Aunque me suelen gustar sus relatos, aquí ya
llevaba más de dos décadas escribiendo historias del detective francés de lo
oculto y muestra todos los tópicos forjados en una investigación tras otra:
bella joven en peligro que en algún momento aparece ligera de ropa, Grandin
diciéndole al doctor que no lo acompañe que en esta ocasión (otra vez) habrá
demasiado peligro, el doctor contestando de nuevo que le da igual e irá con él
hasta el final reafirmando su amistad de colegas en la lucha contra el mal,
esos indefinidos despertares en los que siempre uno está al lado del otro en la
misma habitación… Y, cómo no, Grandin poniendo fin al problema con sus
expeditivos modos. La trama en sí también discurre por caminos trillados: momia
egipcia cuyo espíritu posee a una joven (esa bella que en algún momento
habremos de ver medio desnuda) de hoy, parte de la narración contando los
hechos del pasado en plan seudohistórico, venganzas de ultratumba… No brilla en
demasía, aunque resulta agradable de leer, entretenida pero poco memorable.
Si Seabury Quinn era uno de los escritores
estrella de Weird Tales, Maria
Moravsky (1889-1947) supone todo lo contrario. Nació en Varsovia y emigró a
Estados Unidos en 1917. Fue sobre todo poeta, e imprimía sus propios libros
(esto de la autoedición no es una cosa de ahora) en una pequeña imprenta que
tenía en su casa de Miami a la cual bautizó con el nombre de Fiction Farm. Fue
una artista polifacética y su actividad se dividió entre diversas artes y
entretenimientos que iban desde sus pretensiones literarias hasta el cultivo de
café, vainilla y aloe vera pasando por la cría de patos. Sus incursiones en la
prosa fantástica solo fueron una afición creativa más de las muchas que
llamaron su atención y a la que se dedicó con pasión pero al tiempo sin
exclusividad. Todo esto y más podéis leerlo en la entrada dedicada a ella en el
fantástico blog Tellers of Weird Tales
(AQUÍ). Su relato La ocupación de los hermanos verdes (Green Brothers Take Over) se publicó en
el número de enero de 1948 de manera póstuma. Sus labores en la jardinería y el
probado amor a las plantas de la autora resultan más que evidentes en este
simpático relato en el cual “los hermanos verdes” se alzan en rebelión contra
los humanos, como ya hicieran de igual manera los animales en la novela El terror (The Terror, 1917) de Arthur Machen. Quizá lo más curioso de esta
historia sea el punto de vista adoptado, que no es otro que el de la anciana
protagonista, algo que no es que sea el colmo de la originalidad pero que desde
luego no suele ser lo habitual en un cuento de terror.
Allison V. Harding (1919-2004) tampoco es de
las autoras más recordadas de Weird Tales.
Sin embargo fue bastante prolífica y habitual en la revista desde 1943 hasta
1951, año este en el que deja de publicar. Su nombre real, aunque permanecen dudas,
era Jean Milligan. Creó un personaje que llegó a protagonizar tres relatos: The
Dump Man (el Pordiosero). Después de
medianoche (The House Beyond Midnight)
fue publicado en la revista en el mes de enero de 1947. Es un cuento simpático
en el que una joven pareja que acaba de sufrir un accidente es víctima de una
macabra equivocación. El sesgo fantástico de la misma nos lleva hasta una
extraña casa habitada por los inquilinos más peculiares que cupiera imaginar.
Harding mantiene el factor sorpresa acerca de quiénes son estos huéspedes y qué
es lo que ha ocurrido en verdad con los recién casados protagonistas durante
muy pocas páginas, tampoco es que se pudiera sostener mucho más pues se adivina
enseguida, y la autora cambia el registro de intriga y misterio por una alocada
y fúnebre persecución. No es nada del otro mundo, valga la mala broma, se echa
en falta una atmósfera de ensoñación surreal más potente, algo que la historia
parece reclamar y con lo que hubiera ganado en consistencia y en impresión fantástica,
pero la opción de hacerlo todo más directo y físico tampoco desagrada.
Resulta curioso que esta antología formada
por cuentos publicados en la revista Weird
Tales durante el segundo lustro de los años 40 se cierre con una pequeña
joya de principios del siglo XX: “Ellos”
(‘They’) un relato de Rudyard Kipling
(1865-1936) que apareció en la revista Scribner’s
en agosto de 1904 e incluido con posterioridad en el libro Traffics and Discoveries del mismo año. En este volumen se incluía
también el poema The Return of the Children
(AQUÍ podéis leerlo en su idioma
original), publicado justo antes del relato y de lectura imprescindible para
entender qué pretendía contarnos Kipling en él. En este poema la Virgen María
intercedía por los niños muertos para que pudieran ir adonde quisieran y no
quedaran retenidos en el Cielo si ese no era su deseo, ante lo que Dios accede
pues considera que ya han sufrido bastante como para Él retenerlos contra su
voluntad. Con este poético prefacio, no incluido en este libro, nos queda más
claro el simbolismo del relato de Kipling, más diáfano su significado.
Josephine, la hija pequeña de Kipling, murió de una enfermedad en el año 1899.
En “Ellos” queda reflejado todo este
proceso de dolorosísima pérdida desde el desconcierto inicial y la ira y la
rabia posteriores hasta la aceptación final, el adiós definitivo de su hija con
ese beso furtivo que uno de los espectrales niños le da al protagonista en la
palma de la mano a modo de despedida. Este ya nunca volverá allí, al hogar de
los niños perdidos, una vez ha superado el trauma de la pérdida. No es un
relato de terror pese a estar habitado por fantasmas. Todo lo contrario: es un
viaje desde el dolor por la muerte de una hija aún niña hasta la resignación y
la comprensión de que ahora está en un lugar mejor. Un simbolismo quizá fúnebre
en algún momento, es inevitable teniendo en cuenta el luctuoso hecho y los
sentimientos que Kipling trata de reflejar, pero que no deja de ser luminoso en
su tristeza. Una manera insuperable de cerrar este libro que aquí nos deja
sobrecogidos.
P. S.: nuestra gran amiga Couteau Bibliophile,
el espíritu genial detrás del blog EN LA LISTA NEGRA, nos ha facilitado la procedencia de cada uno de los relatos
que componen esta antología, todos ellos incluidos en recopilaciones
orquestadas por Kurt Singer. ¡Mil gracias!
- Weird Tales of the Supernatural (1966):
Twilight of the Gods, Green Brothers Take Over.
- Kurt Singer’s Ghost Omnibus (1967): The
House Beyond Midnight.
- Kurt Singer’s Second Ghost Omnibus (1967):
Lords of the Ghostlands.
- Gothic Horror Book (1974): They.
RELATOS de horror, selección 1. Recopilación de
Kurt Singer; presentación de Carlo Frabetti. Barcelona: Bruguera, 1977. 188 p.
Libro ameno; 1. ISBN 84-02-05122-7.
2 comentarios:
He realizado una pequeña búsqueda, y confirmo tus sospechas: Bruguera se sirvió de relatos publicados en las distintas recopilaciones de Singer para ensamblar este volumen. A continuación, los títulos en los que se incluyeron estos cinco relatos:
- Weird Tales of the Supernatural (1966): "Twilight of the Gods", "Green Brothers Take Over".
- Kurt Singer's Ghost Omnibus (1967): "The House Beyond Midnight".
- Kurt Singer's Second Ghost Omnibus (1967): "Lords of the Ghostlands".
- Gothic Horror Book (1974): "They".
¡Couteau, es usted sensacional! Ahora mismo lo añado al artículo. ¡Mil gracias!
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