Retrato de Harry Stephen Keeler, por Richard Polt
Todos los años, la
Harry Stephen Keeler Society de Richard Polt venía celebrando un concurso de relatos escritos imitando al maestro de Chicago. Como confiesa el mismo Polt, en las últimas ocasiones la cosa estaba teniendo poca repercusión. Tal es así que la última convocatoria solo recibió un relato para concursar: uno del propio Polt...
Pero no hay que rendirse ante la adversidad, como bien demuestro yo mismo no abandonando este blog ni mi colaboración en la radio. Bueno, sería más exacto decir que lo mejor es rendirse y seguir uno a lo suyo, que es lo que en verdad hago.
Así, Polt decidió dar un giro al concurso y convertirlo en la 2010 Tweet Like Keeler Competition, tal vez algo más acorde con los tiempos. En mi opinión, más acorde con lo vagos que somos, al menos yo. Relatos minúsculos que no podrían sobrepasar los 140 caracteres máximo que es de rigor en eso del Twitter tomando como modelo a Keeler. Esta es la primera convocatoria, y la verdad es que ha tenido más participación. En total, 10 relatos de una brevedad reñida con el mismo hacer de Keeler, autor prolijo y amante de irse por las ramas como pocos, pero quizá por eso mismo, por esa dificultad, más divertido de hacer y, qué demonios, en principio más cómodo.
Y digo en principio porque, en fin, yo le eché un buen rato, para variar. He participado con un relato minúsculo. Y aquí va la historia de cómo lo escribí. ¡Despertad, malditos, que esto es muy interesante! O no.
Bueno, vamos a ello. En primer lugar, escribí una versión en español. Pero, claro, pesado que es uno, aquello tenía una extensión para entregar en cuatro o cinco mensajes del Twitter ese. Era preceptivo incluir al principio los caracteres #tlkc, indicativos de que se participaba en el concurso, y se enviaban por correo electrónico al único miembro del jurado, Edward Bolman. Aquí os dejo esta primera versión:
#tlkc Paseando por la feria de los horrores entré en la caseta de la bruja. En lugar de una bola de cristal, frente a ella tenía un cráneo que mostraba sobre su sien derecha un agujero horadado de circunferencia perfecta. Este eres tú, me dijo. Miré los ojos de la pelada calavera. También estaban vacíos.
¡Uy, qué largo! Tampoco me terminaba de convencer la forma, pero lo importante era tener ya una idea del mini cuento en sí. Enseguida me puse a cortar. La cosa quedó bastante mejor, al menos más cercana a lo que de verdad quería contar. La idea era tomar ese cráneo agujereado, protagonista de una tan excelente como divertida novela de Keeler, El enigma del cráneo viajero (1934), y el ambiente de barraca de feria tan habitual en sus obras.
#tlkc Entré en la caseta de la bruja. Ante ella, un cráneo con un agujero en la sien. Este eres tú, me dijo. Miré los ojos de hueso. También estaban vacíos.
¡Ahí va! Ya estaba. Esta era la buena (entendedme, la buena tratándose de mí, que uno llega hasta donde puede). Pero resultaba larga aún. El siguiente paso era cortar un poquito más, pero me gustaba y no quería hacerlo. Así que, audaz que es uno (risas), decidí pasarlo al inglés y reducir lo que pudiera en ese paso. Hice un primer intento, pero como mi inglés es como mi español hablado, esto es, una cacafuti, pedí ayuda a una de mis hermanas (que sí sabe, aunque me matará como vea que la nombro aquí) y la cosa quedó en condiciones. Veréis que de la versión en español a la final en inglés hay cambios, pero estos me convencían por su sonoridad inglesa, cambios que en español no me gustaban. Así que ok. Aquí está la versión final, la que mandé al concurso:
#tlkc I entered the witch’s stand. Before her, a bullet holed skull. It’s you, she said. I looked at the bone eyes. They were empty too.
Pues nada, el plazo terminaba con el año, así que entregué el día que lo escribí, esto es, el mismo 31 de diciembre. Me hacía mucha ilusión participar. No lo había hecho antes y siempre me había sentido un poco mal por no hacer un esfuerzo y colaborar con el trabajo increíble que Richard Polt está llevando a cabo por que la figura de Keeler no caiga en el total olvido. Así que sentí una gran satisfacción. Ya sé que os parece una nadería, pero con estas cosas yo soy feliz, así que no pongáis pegas. Además, el premio no podía ser más bonito: "The author of the winning entry will receive a free copy of 10 Story Book, a spicy pulp edited by HSK himself." ¡Uuuuuuh! ¡Una revista original de las que editaba Keeler!
Se presentaron al final 10 relatos: 4 de Richard Polt, 4 de
William Poundstone, 1 de Luke Oram y el mío.
AQUÍ podéis leerlos todos. Como he dicho, son los que llevan el indicativo
#tlkc. Desde estas líneas, un saludo cordial a mis competidores. Como se indica en la resolución del concurso, y es fácil de comprobar leyéndolos, ellos se acercaron más al estilo formal de Keeler. Pero gané yo, amigos, y creedme, no hay cosa que me haya podido hacer más ilusión. Tontuelo que es uno, qué le vamos a hacer. ¡Para una vez que gano algo, dejadme disfrutar, malandrines!
[WINNER! The Spicy Webwork Stories go to José Luis Forte, for writing an actual story, Keelerian in imagery, moderately so in syntax.]
Ya sé que para el resto de este año de 2011 se me acabó lo bueno. Pero siempre habrá un libro de Harry Stephen Keeler para leer.
Esquema estructural de "La voz de los siete gorriones",
novela de Harry Stephen Keeler