domingo, enero 04, 2009

Déjame entrar (2004), de John Ajvide Lindqvist



Los vampiros están de moda, ¿no os parece? Vampiros buenos que buscan la redención y se comportan mejor que los humanos, vampiros de corazón de oro que antes que morder a un humano están dispuestos a morir, vampiros tipo modelo de pasarela que sufren mucho y gracias a ello acaban encamados con la guapa de turno y demás paparruchas. Sí, a mí también me encanta la serie Ángel (Angel, 1999-2004, ¡con esa inolvidable, brutal y deprimente tercera temporada!), pero reconozcamos que su legado comienza a resultar cargante. Y justo ahora se publica en España esta novela, otra novela de vampiros, Déjame entrar (Låt den rätte komma in, 2004) de un desconocido autor sueco, a rebufo de la buena acogida que está teniendo su adaptación cinematográfica. Adaptación que ha guionizado el propio autor y que, confieso, es de lo que más me ha gustado en lo referente a películas recientes. 

Los amantes del género fantástico, y dentro de este, del subgénero del terror (y quien entienda subgénero como algo peyorativo que deje de leer, por favor) nos quejamos, aparte de porque nos encanta lloriquear, de que en estos momentos no hay autores que suplan a los grandes clásicos que devotamente admiramos. En realidad, siempre he pensado que el problema no está en que no haya obras o autores interesantes, sino en que no los publican en nuestro idioma, y si no se conocen varios idiomas el acceso a ellos resulta imposible. Y qué mejor ejemplo que esta en verdad admirable novela, una diáfana muestra de que mientras no se agote la imaginación, nuestro género estará vivo. Como un vampiro, vivirá siempre que sepa nutrirse de sangre fresca. Y perdonad la patética metáfora. El año nuevo no me hizo más inteligente.

John Ajvide Lindqvist nos muestra en su novela otra historia de amor entre un vampiro, una niña de trece años (bueno, no hace falta decir que muchos más, pero en lo físico ahí se quedó) llamada Eli, y un humano, un jovencito de la misma edad llamado Oskar. Una vampira con su corazoncito, claro está. Pero ojo: no deja de ser una repugnante alimaña. Caza de manera salvaje, es un auténtico monstruo y su moral es "algo" distinta de la nuestra. En fin, un vampiro de verdad. ¡Gracias, señor Ajvide!

Este primer acierto resulta de agradecer, pero no es el único. Ajvide sitúa la acción en el año 1981, en un pequeño pueblo de nueva construcción, sin pasado, sin historia, sin criptas ni cementerios antiquísimos. ¡Demonios! Si hasta la iglesia es uno de esos edificios horrendos edificados sin el menor gusto con un Cristo de diseño en su altar. El entorno es gris, pero el ambiente en el que se desarrolla la vida del bueno de Oskar es un infierno. ¿Alguien pensó que los abusos entre niños en los colegios es algo de ahora? ¿Es que nadie recuerda su infancia? Quizá es que entonces no se grababa en los móviles. Pero esa violencia sorda, ese pánico de asistir a clase porque sabes que lo que espera allí es horrible por desgracia no es algo nuevo.

Ajvide retrata ese ambiente escolar de manera excelente, tan aterrador como inevitable: un mal que está ahí y ante el cual uno no puede esconderse. Encontrar una amiga tan extraña y desclasada como tú es, quién lo duda, una tabla de salvación. Así, cuando nace la historia de amor entre los dos niños, el autor nos ha llevado de la mano no tan solo a que la creamos, sino a que la deseemos. Consigue que lo fantástico penetre en lo real como una necesidad de escapar de una cotidianeidad aborrecible. Al desearlo, se ha roto por completo cualquier prejuicio ante lo increíble.

La trama muestra giros sorprendentes, y es tan morbosa y extraña como fascinante. El estilo es deudor en algunos momentos del mejor Stephen King (los pensamientos de los diversos personajes integrados en la narración, la minuciosidad en la presentación de lo real), de James Herbert (en la forma de mostrar la violencia, aunque en esto el autor inglés resulta mucho más salvaje) o del mismo Cormac McCarthy (en algunos diálogos secos, cortantes, en los que todo se dice por detrás de las palabras). Pero hay algo inasible que lo hace único. Ajvide afirma que "todo lo que cuenta el libro es cierto, aunque ocurriera de otra manera." Creo de verdad que se trata de esto mismo.

No todo son aciertos, que quede claro. Es una lástima, por ejemplo, el desarrollo de uno de los personajes. Tras hacer lo difícil, presentarnos con rasgos de humanidad a un ser detestable, este sufre un cambio que, en fin, aquí sí que nos lo tenemos que creer porque sí, si bien no importa demasiado porque nos trae los momentos más brutales de la novela, aunque mis favoritos sean los menos sanguinolentos (el tipo saliendo de una madriguera, su permanencia en el hospital). O el final, topicazo de salvamento en el último minuto, pero llevado de tal manera que, a pesar de que el truco es demasiado evidente, nos hace permanecer en tensión y, aún mejor, desearlo.

Incidiendo en cómo Ajvide entremezcla lo real y lo fantástico, es admirable la transformación vampírica de uno de los personajes. Pocas veces me he enfrentado a un libro que relate esto con tal capacidad de convertirlo en algo posible. Tal que una enfermedad, salvo que esta tiene unos curiosos síntomas...

He tratado en todo momento de desvelar lo menos posible de la historia, pero no puedo dejar de destacar el que ha sido sin lugar a dudas el mejor momento de esta novela, la imagen que ha quedado grabada en mi cerebro y que espero no olvidar: Eli en su bañera. Y no digo más: solo que para aquellos que afirman que todo está dicho ya en lo que al terror se refiere, que recuerden ese momento. Y que lean esta novela.

AJVIDE LINDQVIST, John. Déjame entrar. Traducción de Gema Pecharromán. Madrid: Espasa Calpe, 2008. 455 p. Espasa narrativa. ISBN 978-84-670-2665-8.

28 comentarios:

padawan dijo...

Habrá que intentar localizar el libro. Cansan un poco los vampiros tan guays, y más con la intoxicación que tenemos de Crepúsculos y demás vampiradas para quinceañeras

Llosef dijo...

Ten por seguro que en esta novela se siguen otros derroteros. El adjetivo morboso no lo utilizo de manera gratuita, jeje.

Anónimo dijo...

A mí me encantó. Creo que crea un ambiente muy ominoso, con ese niño solitario y esos paisajes nevados en algún suburbio sin personalidad... Además, es bastante imparcial moralmente. No hay buenos o malos, sino protagonistas y antagonistas. Lo que me resulta curioso es que la novela se publicara en mayo (creo) sin pena ni gloria y que empiece ahora a comentarse

Llosef dijo...

¡Hola, Rosa! ¡Gracias por tu comentario!

Bueno, Rosa, creo que el que ahora salga a la luz (otro juego de palabras idiotín, ¡lo siento!) quizá se deba a la misma razón que a mí me ha atraído: la excelente acogida que está teniendo la película (yo aún no la he visto, claro).

Me encanta cómo has descrito el ambiente de la novela: yo tantas líneas y no llego a eso.

En lo referente a que no hay ni buenos ni malos, lo comparto en lo que toca a los personajes principales (si bien algunos no dejan de hacer cosas atroces), pero no del todo cuando se trata de los secundarios (Jimmy y sus dos amigotes, tres animales descerebrados).

Pero es bien cierto que la novela plantea una moral bastante alejada de lo habitual, y eso, cómo no, es un maravilloso regalo del autor.

Peter Sinclair dijo...

Vaya, hasta a mí se me ha despertado la curiosidad y eso que no me va demasiado el terror...

Sólo había oído hablar de la película, claro, que está poniendo todo el mundo muy bien, aunque no me suena que la estrenaran en cines ¿no? O igual sí y ni me enteré...

Ahora está el dilema de qué hacer, si verla o leerse el libro. De verdad que sí que tengo ganas, quién sabe, quizá todavía esté a tiempo de transformarme y degustar con ganas literarura de horror (por la temática, no por la calidad jeje).

Una gran alegría volver a leerle señor llosef, un abrazo.

Llosef dijo...

¡Amigo Sinclair!

Por supuesto, yo siempre prefiero leer primero y ver después (aunque no siempre llegue a hacerlo, en fin). En el caso contrario, la película condiciona cómo uno ve y se imagina lo narrado por el libro, coarta lo que uno pueda imaginar (aunque sea más pobre que la peli al final, jajaja).

Además me encanta comprobar cómo adaptan a imágenes un texto que ya conozco, ver cómo se las han ingeniado con determinadas cosas o cómo eludirán otras (en el caso de "Déjame entrar", puedo asegurar que me muero de ganas de saber si han tenido los arrestos de llegar hasta donde llega la novela, y si es así, cómo diablos se las han ingeniado para que no resulte clasificada X, jeje).

PAYMON dijo...

Me gustó mucho el libro, aunque coincido en que una vez superado (con creces) lo difícil, el autor cae en ciertos tópicos y lugares comunes que escuecen un poco...aún así, yo también lo recomiendo encarecidamente.
En cuanto a la peli, tuve la suerte de verla en el festival de Sitges y es una MARAVILLA...muy diferente al libro.Los aspectos más duros y truculentos del libro desaparecen pero a cambio el film recibe un ritmo pausado y gélido, casi hipnótico, que te engancha desde el primer momento.Los dos niños perfectos, sobre todo la niña que interpreta a Eli, lo borda.Y además una escena final de antología, ¿cómo se puede filmar tan bien sin apenas mostrar nada?.El estreno estaba previsto para primeros de Enero, pero por lo visto se ha retrasado hasta abril (espero que no tengamos que esperar tanto!!!, no se la pierdan!!!)
Por cierto, me gusta tu blog, saludos.

Llosef dijo...

¡Gracias por tus comentarios, Paymon!

Con lo que cuentas de la película, la verdad es que a mí me han entrado aún más (si esto fuera posible) ganas de verla.

En los comentarios a lo que escribí acerca de Perry Mason ya recomendé tu excelente blog (Ciudadanos de R'Lyeh, en Pecios, a la derecha de estas líneas, tenéis el enlace). Aprovecho para hacerlo de nuevo.

¡Saludos!

PAYMON dijo...

Fecha confirmada para el estreno de la película: 27/03/09

Llosef dijo...

Pues nada, nos apuntamos la fecha, aunque aquí por mis tierras el año será más bien el 2029...

karlita_asecas dijo...

tristemente este libro no ha llegado a México. Tiendo a leer primero los libros antes de ver el filme, pero solo he podido leer el primer capítulo y vaya que quiero continuarlo!
felicidades por tu blog!
un saludo

Llosef dijo...

Amiga rokerflaguer: la película está teniendo muy buenas críticas, por lo que quizá llegue a México. Si tal es así, ten por seguro que publicarán antes la novela. Desde luego no es una obra de masas, pero imagino que querrán aprovechar el pequeño tirón de la peli...

¡Gracias por tu comentario! Y enlazo tu blog.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Hola Llosef.

Anoche la vi. Dice algo nuevo en un tema tan tocado. Me sobra y me carga el padre y un compañero que no sé qué pinta en la función. De antología la atmósfera, lo verosímil de lo que se cuenta y el final en la piscina que, como ha dicho alguien antes, impresiona más por lo que no ves que por lo que ves.

La transformación que dices sale en la película. Con un final propio de Ed, el payaso feliz. Por cierto: Eli tiene mucho de la vampira que sale en este comic.

Llosef dijo...

Hola Anónimo:

Yo tuve ocasión de verla el pasado viernes.

Lo que más me gustó fue que se tratara de una película de vampiros tal que rodada por Robert Bresson. Pura contención, al contrario que en la novela, y una atmósfera sugerente al máximo.

Es verdad que en la peli la figura del padre no se termina de entender (dudo que alguien adivine que el amigo que llega a su casa es su amigo de borracheras: ambos son alcohólicos). En la novela cumple una función clara: es una figura de protección que desaparece debido a sus problemas con el alcohol, dejando al protagonista aún más solo e indefenso ante lo que le rodea. Sólo Eli aparece como un refugio. ¡Y vaya refugio!

El final en el tren es muy parecido al final de la novela, o al menos reflejan lo mismo (reflejan, jaja), y si bien se supone que es un final feliz, yo no dejo de verlo como un final en verdad horrible, terrorífico en un futuro, en cuanto Oskar crezca un poquito y deambule por ahí con una niña, una niña TAN ESPECIAL como ésa, y no sólo me refiero a que es un vampiro, ya sabéis. Vamos, que le veo como el compañero que Eli tiene al principio, su proveedor, su dealer que diríamos a lo finolis.

Anónimo dijo...

Claro Llosef. La historia se repite, el cuidador diurno cambia. La serpiente cambia de piel.

Terrible como dices. Pensemos que hay algo de amor en vez de un plan calculado...

Llosef dijo...

¡Ay! Justo eso es lo que me antoja terrible, estimado anónimo: que HAY amor y no se trata de un plan.

Todo parece surgir de la desesperación y la soledad. Y la sensación final es que parece que todo volverá a acabar en lo mismo...

fusco dijo...

Hola Llosef, interesante blog.

Hombre, yo creo que el final es abierto; los que hemos leido la novela sabemos que los personajes no son nada planos y por el contrario éstos dudan y evolucionan a lo largo de la historia.

Hakan es un adulto más de la lista del que Eli se sirve para sobrevivir, por el que siente aprecio pero no ama. "Se quiere o no se quiere" como le decía éste. Con Oskar en cambio el vampiro rompe una barrera. El que en principio iba a ser una víctima fácil, se revela como un chico aparentemente de su edad, que puede llegar a aceptarlo y amarlo como lo que realmente es. A partir de ese momento va modificando su conducta y comienza a desarrollar su lado más humano en una relación diferente a la que había llevado hasta el momento. Eli le asegura a Oskar que no hay ninguna otra forma de conseguir sangre que matando, sin embargo avanzado el libro asistimos a la divertida escena donde decide comprarle la sangre a Tommy (creo que se llamaba así). En otro punto, antes de la separación, le propone claramente a Oskar convertirse en vampiro. Son detalles que indican que no se trata de una misma historia que se repite, sino de un nuevo camino de horizontes imprevisibles.

Esa visión del final que hacéis es una lectura del libro, pero yo por ejemplo puedo opinar que Oskar ha logrado finalmente huir de esa vida patética en la que se encontraba inmerso y en la que casi le matan... Por lo tanto para mi es un final feliz, con independecia del inquietante futuro que le aguarde, el cual para mi, queda en el aire. En fin, creo que esta ambigüedad es una de las características y aciertos de la novela.

Llosef dijo...

¡Gracias por tu comentario, renuente!

Por supuesto: lo que dices me parece tan acertado que, en el fondo, lo que de verdad creo que es la intención del autor respecto a los personajes, su intención y el final es justo lo que tú comentas.

Lo que ocurre es que, como soy un negativo de mil demonios, al mínimo resquicio que me dejan prefiero pensar que todo acabará mal, que para mí sería bien, no sé si me explico...

fusco dijo...

Gracias a tí por el artículo. Supongo que te refieres a que el hecho de que Oskar acabara igual que Hakan, sería coherente y dotaría de sentido y fuerza a una historia de terror. Sí, pero es que también es un romance, y parece ser que al juntar estos dos géneros el primero siempre queda en un segundo plano. ¿O no te parece que al final las siete u ocho víctimas del vampiro han quedado casi en una anécdota? Incluso los hay a los que la escena de la piscina les parece excesiva. Yo no pienso igual, a mi me parece irrenunciable :)

Llosef dijo...

La escena de la piscina es necesaria, ¿no? Sobre todo en la película, que está mejor resuelta aún y es más impactante.

El guión de la peli es del mismo Ajvide, y me encanta cómo ha sido capaz de contar lo mismo de formas tan distintas. Con ayuda del director, vale, pero el tratamiento imagino que ya vendría del guión.

Y sí, el romance vence. Aunque sigo pensando que Eli es una alimaña algo rabiosilla, jajaja. Excepto con Oskar, evidentemente. Incluso en su momento siente algo de piedad por Hakan, ¿no?

Hum... ¿Acabará transformando Eli en vampiro a Oskar? Si fuera así, necesitarían de un tercero para que los cuidara... Jejeje, creo que una segunda parte no estaría mal. Pero mejor dejémoslo así...

fusco dijo...

La escena de la piscina es necesaria y esperada. En el momento en que Oskar decide plantarle cara a los matones ya sabemos que va a pagar por ello un precio muy alto. Y da escalofríos pensar con qué claridad el autor resuelve el problema del acoso escolar; ante de la indiferencia de una sociedad supuestamente moderna y civilizada, la única forma de salir airoso y con dignidad es matándolos a todos y huyendo. Tremendo.

Sobre Hakan no sé muy bien a qué te refieres, no cabe duda de ellos mantienen una relación muy especial; lo único, la despedida en el hospital, me resultó algo confusa en cuanto a las intenciones de ambos. Tanto en el libro como en la película el acaba estrellándose contra el suelo, ¿Pero era realmente su voluntad?

haciendo futuribles, yo creo que Eli necesitaría un tercero de todas formas, ya que Oskar no es lo que el vampiro necesita para hacer su trabajo, éste es sólo un crío. Por otra parte, igual que Eli es un toda una alimaña cazando en solitario -como bien dices, je-, también es cierto que resulta un desastre a la hora de esconder sus huellas. Corre el riesgo de que descubran su escondite con cada ataque.

Yo he visto la película antes de haber leido el libro, pero me parece una muy buena adaptación. Eso sí, aunque las escenas más fantásticas han sido las sacrificadas y con acierto, no niego que me hubiera gustado verlas en pantalla. Naturalmente me refiero a las transformaciones de Eli en demonio alado, o en monstruo con garras y dientes de león; en fin, supongo que las veremos en el remake americano... No hay mal que por bien no venga xD

Knut dijo...

A mi me ha encantado todo, todo, todo, aún estoy emocionado después de varios días y presumo que irá para largo.

Estoy en general con lo que comenta Renuente, salvo por un matiz. No creo exactamente que el aspecto romántico gane al de terror, al menos a mi lo que me conmociona de su final es precisamente que implica una fusión de ambos aspectos. Eli tiene una necesidad obvia de un humano. Cuando se alimenta por sí sóla debe dejar que el mosntruo la coma toda, es un ser de un ansia animal en su faceta más radical. Toda posible consciencia se apaga. Y es obvio que el ciclo se repetirá en el futuro. Nunca deja de haber una historia de horror, ni en su faceta de final feliz. El Monstruo comienza a modificar la necesidad instrumental (en realidad vemos también en el caso anterior que hay algo de esto, yo creo que mata a Hakan por compasión, por lo que implicaría el convertirlo a vampiro finalmente, en esa condición) por una necesidad mayor, el amor, que aún cuando la humaniza en cierto sentido no cambia en absoluto su naturaleza predadora. El chico no es meramente una herramienta, como tampoco lo era Hakan, pero añade a la compasión la empatía y ambas cosas irremediablemente dan amor. No es lo mismo compadecer que ser uno con el otro. En ese sentido me parece sublime la escena en la que ella se abre a él, cuando puede verla tal cual es. Joder, ese niño simplemente la ve, la ve y la acepta en lo que es, es eso lo que transforma al monstruo, lo que hace que deje de ser un Otro, pero sólo puede ser amor en la aceptación del otro como lo que es, no en la imposición del propio ego. A fin de cuentas Eli siempre lo deja libre, y es él el que le permite entrar incluso en su condición. Jamás le pide nada.

Finalmente uno, que tiene el sabor del horror en el paladar, no sabe exactamente dónde colocarlo. El universo humano no es menos predativo que el vampírico, a su manera es tan violento e inhumano (qué paradoja) Uno acaba recordando en algo aquel Sturgeon o Simack, pero desde una óptica ligeramente McCartyana (jejeje), como en La Carretera.

En fin, no doy más la brasa, venía aquí a agradecerte enormemente esta entrada, puesto que gracias a ella he descubierto esta película, la novela viene para casa, juas juas juas, y sé que no de defraudará.

No sabes cuánto te lo agradezco, de hecho estoy en deuda contigo.

Gracias!

Llosef dijo...

Bueno, Knut, las gracias a ti y a todos los que aquí habéis comentado, que habéis llegado mucho más lejos de lo que yo puedo.

De lo que sí me gustaría prevenirte un poco es de la novela. Infiero por tu comentario que te refieres a la excepcional película, pero la novela, aun narrando lo mismo, es radicalmente diferente: gore, salvaje, brutal, aunque también con todo eso que de la película te ha gustado. Pero no es tan radical en su exposición como la peli.

Al leer la novela creo que se verá más claro todo lo que decía de Hakan, que en la película estoy de acuerdo totalmente con Renuente y contigo en qué representa, pero en la novela el personaje sufre un cambio importante que se aleja de esta idea.

Nombrar a Herbert no es gratuito: es una de las lecturas favoritas de Oskar.

¡Saludos!

VaniadA dijo...

Aunque no venga a cuento, me llamó la atención ese tag tan lovecraftiano... sabrás a cuál me refiero ;)

Llosef dijo...

Quizá sea la mejor y más útil Universidad del mundo, ¿no piensas así?

Sebio Arias dijo...

Un libro que no deja indiferente a nadie, el autor plantea tan bien la trama que es difícil separar la realidad de lo fantástico.

Algo que hace grande a esta novela es el final tan abierto que deja. Para mí, ese final es tanto feliz como horrible. Feliz, aunque a corto plazo, los dos protagonistas consiguen lo que necesitan, no confundan el deseo de Eli: no lo necesita como a Hakan ya que le serviría cualquiera en su misma situación, lo que necesita de verdad es alguien que la acepte por lo que es y no a cambio de algo. Y horrible porque tenemos que recordar lo que conyeva ser vampiro (aunque se ve que Eli intenta otra alternativas, no digo más).

Por mi parte les deseo mucha felicidad aunque sólo vea una solución para ello...

Un saludo, Sebio.

Llosef dijo...

¡Hola Sebio! Gracias por comentar. realmente el final abierto propicia que sea el carácter de cada lector el que le dé un tono positivo o negativo. Yo soy de los segundos, pero sin negar la otra opción, claro.

Lástima que la otra novela que he leído de Lindqvist, "Descansa en paz", me resultase una lectura insoportable. Un libro vacío y estúpido. Habrá que probar con una tercera, a pesar de todo, ¿no?

Flavia dijo...

Si no lo consigues en físico está en pdf. Yo lo comencé a leer y yendo al trabajo lo perdí :( y lo tuve q terminar en pdf porque ya no encontré para comprarlo de nuevo.