Esta semana le toca el turno, en mis comentarios para la página de cine El antepenúltimo mohicano del amigo Emilio Luna, a una película prodigiosa y emocionante: Soledad (Lonesome, 1928), del cineasta y científico húngaro Paul Fejos.
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La vanguardia europea más experimental se da la mano con el cine de puro entretenimiento de Hollywood y el resultado es una de las películas más hermosas y visualmente fascinantes de la historia del cine. Y, aunque las fotografías os hagan pensar lo contrario, muy divertida y trepidante. Vaaaaaale, sí, también se llora. ¡Lo tiene todo!
2 comentarios:
Esta no la conocía, lo que voy a procurar remediar pronto dada la crítica que tab apetecible que le hace... De Fejos he visto su Fantomas, muy agradable, y María leyenda húngara, ambas posteriores a esta Soledad...
Pues ni Fantomas, ni María ni, peor aún, Broadway, que me muero de ganas, he conseguido ver yo. ¡Vaya desastre! Pero "Soledad" es un prodigio, y le gustará seguro, Abuelito. Las anteriores no sé dónde encontrarlas, y ya ve, por la mosca de las imágenes, qué copia he podido disfrutar yo de "Soledad": un pase de la televisión húngara.
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