miércoles, mayo 25, 2011

Roberto Alcázar y Pedrín # 03


Bueno, gracias a EL ABUELITO (no dejéis de visitar su blog EL DESVÁN DEL ABUELITO, pura sabiduría destilada) nos han quedado aclaradas muchas dudas acerca de los creadores de nuestros héroes y del origen de estos cuadernillos que aquí comento. Reproduzco parte de dos de los comentarios que nos ha dejado en las anteriores entregas porque sus sabias palabras son necesarias en estos tiempos de cuchufletismo generalizado y, citando a la sin par Morty Malriv, "apocalipsis cerebral."

"(1) Dos precisiones (…): los guiones de Jordán Jover no son, pese a la Wikipedia, mayoría, se tratan solo de los primeros episodios. Pedro Quesada es responsable de los enfebrecidos episodios del Hombre Diabólico, y Federico Amorós firma más de ochocientos cuadernos... Otros colaboradores de Valenciana como Vicente Tortajada o el mismo Soriano Izquierdo se encargaron del resto...

(…) los dibujos de esta edición los hizo de nuevo Vañó en los setenta, en base, eso sí, a los argumentos de los primeros números originales de 1940-44...

(2) La edición en color comenzó hacia 1976 reeditando la serie desde la aparición del Hombre Diabólico (aventura seriada que abarcó en origen- allá por 1945- un año entero de publicación), correspondiente al nº 94 de la original. Así siguió durante unas trescientas entregas, creo recordar. Más tarde y visto el éxito, Valenciana decidió publicar los 93 primeros episodios, correspondientes aproximadamente al período 1940-44, con el título de Roberto Alcázar y Pedrín Extra (son los que usted exhibe en los posts). Para la ocasión, y dado que el dibujo de los tebeos originales era extraordinariamente tosco y primitivo, Vañó redibujó, con los mismos guiones, un buen montón de ellos, al menos los cuarenta o cincuenta primeros. Por eso ve que estos no están remontados, mientras que el resto sí, a partir de los originales apaisados."

En la entrega de hoy comentaré dos aventuras que, hay que reconocerlo cuando así es, no son lo que diríamos precisamente brillantes. En cualquier caso, sí que muestran algún momento curioso que las hace al menos entretenidas y dignas de dedicarles unas líneas.

De camino a Estambul, nuestros héroes se detienen en el poblado de Amhadiyak. Allí entran en contacto con un inglés cuya misión consiste en liberar al hijo de su amigo el emir que está secuestrado por unos rebeldes que preparan una insurrección. Así da comienzo esta aventura titulada El hijo del emir.

Llama la atención en primer lugar que Roberto Alcázar y Pedrín hagan amistad con un inglés en una época en la cual el régimen oficial era abiertamente contrario a todo lo que proviniera de la pérfida Albión, como despectivamente usaban (y usan) este término todos los anglófobos.




Me encanta ese "Y yo, Roberto Alcázar, español." ¿Cómo os presentáis vosotros cuando vais al extranjeros, pillastres?


En segundo lugar, tampoco es de extrañar viendo cómo las gasta el inglés, Douglas Mahoney, que se hagan amigotes: a su lado, nuestros protagonistas asemejan dos hermanitas de la caridad.

Y nada, el resto discurre sin pena ni gloria (para el lector, digo), salvo los momentos en que el inglés da muestra de su retorcido humor ofensivo. Hará grandes migas con Pedrín, que le sigue como puede pero nunca llega a alcanzarle, la verdad.

El diamante azul tampoco es una gran aventura. Aquí nuestros héroes se encuentran en la ciudad de Cantón, China, y la trama es pulp en estado puro. Ya sabéis, la amenaza amarilla que tuvo su mayor representante en el malvado Fu-Manchú de Sax Rohmer.


Lástima que la historia no dé para mucho. Pero está genial ver a nuestros héroes disfrazados para pasar de incógnito en un antro de mala muerte llamado El sol naciente. Nuestros autores no andaron muy finos poniendo un nombre de claras referencias japonesas precisamente en China, enemigos naturales, pero total, pallá pal oriente están los dos países, ¿no?


Una de la mejores viñetas es esta de Pedrín FUMANDO. Vale, vale, está disfrazado de maleante, por lo que debe hacer algo MALO, pero no me digáis que no está genial.


Esta otra viñeta también me ha encantado: dedicada a todos aquellos malpensados que dicen que en los restaurantes chinos sirven carne de gato. ¡Qué equivocados estáis!


Y para el final, este chiste, muy bueno, de la página de contraportada dedicada otra vez a fugas de presos, firmada por Palop.


Las dos aventuras siguientes a estas son muy flojas, por lo que no me detendré en ellas, pero atención al Extra nº 14, nuestra entrega nº 04 dedicada a estos bravos héroes españoles, en la que nos toparemos con una aventura que bebe de Emilio Carrere y Edgar Neville, nada más y nada menos. ¿Será esto posible? Lo veremos la semana que viene. Hasta entonces, saludos de este espectro.

4 comentarios:

ODISEO dijo...

Estimado amigo Llosef:

Tu entrevista ya ha sido publicada en Bolsi & Pulp, espero que la disfrutes tú y tus seguidores del blog.

El link es el siguiente:

http://encontretuslibros.blogspot.com/2011/05/llosef.html

¡un abrazo gigante amigo!

Atte: ODISEO...Legendario Guerrero Arcano.

Llosef dijo...

¡Gracias amigo Odiseo! Por tu amabilidad y, en especial, por tu infinita paciencia. ¡Nos seguimos viendo en los blogs!

Joaquín Huguet dijo...

La presentación de Roberto me recuerda a la humorística de otro héroe, el espía oo7, cuando dice: "Me llamo, Bond, James Bond, y soy inglés".¡Ahí queda eso! En "el hombre que pudo reinar", los dos protagonistas llegan a un pueblo perdido de Afganistan y les preguntan si son dioses. Aquellos responden con una ironía que oculta claramente su sentimiento de superioridad: "No somos dioses, pero casi lo mismo; somos ingleses". Por el camino hasta Dios, nuestra santa cruzada no daba para tanto. En la viñeta, el inglés queda desfavorecido, porque, cuando recomienda leña, Roberto - con la sabiduría de un Ulises hispánico- sugiere ¿astucia? ¿En que consiste la astucia? ¿En tortazos con sordina? Por otro lado, no deja de ser curioso que Pedrín fume (a Lucky Luke ya le quitaron el cigarrillo y se lo canjearon por una ridícula pajita.) Todo un avanzado en estos tiempos que corren de prohibición antitabaco.

Llosef dijo...

No deja de resultar curioso, como comentas, que frente al inglés nuestro Roberto adopte un comportamiento refinado. ¡Vaya señorito! Pero lo de Pedrín con el cigarro es más chocante aún: ¡¡¡visto con ojos hoy es de una irreverencia de agradecer!!!