lunes, octubre 15, 2012

Tour vértigo, de Carolina Velasco (2012)





Un poco a la manera de Legs McNeil y Gillian McCain en su excelente y ya clásico libro Por favor, mátame: la historia oral del punk, la periodista Carolina Velasco ha compuesto el suyo dejando que sean las voces de los músicos por ella entrevistados los que conformen el texto. Eso sí, claro está, las preguntas formuladas así como la selección de las respuestas corren a su cargo, creando la sensación de que su intervención es mínima cuando en realidad es ella la que da forma real al libro. Una manera de hacer en la cual bajo la guía de la periodista nunca se omiten o malinterpretan las palabras de los músicos, aunque ya sabemos que por el solo hecho de ordenar las respuestas y elegir los fragmentos que podremos leer de alguna manera se está dando una imagen concreta que responde al objetivo del autor en la sombra.

Pero bueno, esto último nos importa un soberano pimiento. Lo importante es poder leer qué opinan los músicos sobre lo que se les pregunta. Y aquí nos hablarán sobre el proceso que todos los grupos deben seguir si llevan una carrera más o menos normal, que otros hay que ni de broma la llevan. Lo sé. La composición de las canciones, la grabación de un disco, las giras y la vida en la carretera, cómo se reciben las críticas… En fin, los entresijos más ocultos, el devenir diario y las dudas y certezas de los músicos que admiramos o no, pero siempre interesantes de conocer si en definitiva lo que te gusta es la música.

El título en sí mismo ya es fantástico: Tour vértigo. Según confiesa la autora, se lo sugirió el cantante del grupo Liars (Angus Andrew) al explicarle que es así como se sienten los músicos al terminar una gira: tal y como si uno sufriera un ataque de vértigo. Tras días de carretera, conciertos, entrevistas, convivencia con los compañeros de banda y un desarraigo continuo la vuelta a casa suele ser traumática. Al final para bien, pero en los primeros días acostumbrarse a la rutina habitual no es sencillo. Por muchos que algunos lo deseen.

Quizá lo mejor del libro sea comprobar cómo la realidad destruye todos los estúpidos topicazos que son repetidos hasta la saciedad, en especial aquellos que se refieren a supuesta vida loca llena de drogas y sexo de los grupos de rock. Al menos de aquellos que no gozan de un éxito bestial. Un grupo normal se desenvuelve entre la creación de sus canciones, los ensayos y los conciertos. Si se viaja de un lado a otro en la propia furgoneta no hay tiempo para demasiados desmadres. Eso queda para las leyendas prefabricadas y los escribas de medio pelo que les escriben las anécdotas. Bueno, y para los que ganan mucho, pero mucho dinero. Como los músicos que aquí son entrevistados, si bien son conocidos tampoco son lo que podríamos definir como del gusto popular, pues deben hacer lo que hacemos todos: trabajar si queremos que las cosas salgan bien. Si quieres dar un buen concierto, debes ir descansado y con las canciones más o menos bien aprendidas. El resto es para los que tienen chófer, cocinero y un puñado de mindundis dispuestos a hacerles de esclavos.

La lista de grupos o componentes de los mismos entrevistados es extensa. Confieso no conocer ni a la mitad. Hay representados muchos estilos. Entre mis favoritos están: Deerhoof, Warren Ellis, The Ex, Cosey Fanny Tutti, Faust, Miguel P. Núñez (autor de la portada, además), Alan Vega y Wire. Hay muchos más, desde el pop español más aburrido hasta gente de los no menos plastas Minor Threat o Fugazi (Ian McKaye). Ojo, que nadie se enfade que esto es una opinión sin importancia. He disfrutado lo mismo con sus respuestas que con las de los grupos que me gustan. Porque eso es lo más interesante de este libro: nos ayuda a conocer qué hay de verdad tras el trabajo de un grupo, y creedme que da igual el interés que su música pueda provocar.

Por afinar, me quedaría con las siempre geniales respuestas de Alan Vega, el gran ausente del libro que citaba al principio de este comentario, y por descontado las de la fascinante Cosey Fanny Tutti. Solo ella podría contestar a la pregunta de en qué lugares atípicos había grabado alguna vez un disco y contestar: “En un depósito de cadáveres.”

El libro de Carolina Velasco solo está disponible en formato digital. No se ha llegado a publicar en papel. Puedes encontrarlo a la venta AQUÍ.     

Si os apetece leer una entrevista a la autora, podéis hacerlo en esta página de Soviet Magazine.


2 comentarios:

Pato dijo...

¡Caray, menudo hallazgo! Leí Please Kill Me de un tirón y encuentro fascinante este tipo de entrevistas, no por ser de músicos, sino por ser reales y sucias.
Gracias por la reseña ;)

Llosef dijo...

Aquí todo se mueve por terrenos más amables, pero se lee con la misma pasión. Y gracias a ti, Pato, por pasarte y comentar.