jueves, octubre 18, 2012

EAM # 32: La maldición de la calavera, de Freddie Francis (1965)



Ay, ay. Mi nuevo trabajo ocasional de negro literario o fantasma de los no espectrales me tiene muy alejado del blog. Bueno, del blog y de la vida en general, vaya dislate. Pero en fin, de vez en cuando saco tiempo para cosas gratificantes. Una de ellas es, por supuesto, escribir para la página de cine El antepenúltimo mohicano, que el amigo Emilio Luna dirige de manera cruel y despiadada. ¡Nos tiene esclavizados! Para esta ocasión, elegí la magnífica La maldición de la calavera (The Skull), que dirigiera Freddie Francis en el año 1965 para la productora británica Amicus. Puedes leer el comentario si te apetece


  


Peter Cushing es un erudito de lo extraño que se encapricha de la calavera del mismísimo Marqués de Sade. La verdad es que la culpa de todo la tiene su avaro dealer Patrick Wymark.


Un plano de un cementerio y hala, ya me tienen enganchado como un bebé a su chupete. Llevo días como si viviera en uno, pero ni de lejos tan bonito como este.


Solo por contemplar juntos a estos dos genios ya valdría la pena esta película. Un duelo interpretativo, como se suele decir, de campeonato. El final es toda una performance de Cushing, pero Christopher Lee también tiene sus momentos de gloria.



Como la dichosa calavera te eche el ojo vas listo. Yo me pediría una para regalársela a algún "amigo" de esos que, bueno, jejeje, seguro que ya sabéis qué quiero decir.  



La secuencia en la que la calavera levita es una de las más estremecedoras de esta película de verdad sensacional. No la estropea ni esos hilillos que se ven ahí ayudando a su vuelo nocturno. 


Y aunque yo esté aquí haciendo alguna broma, La maldición de la calavera me parece una maravilla. Angustiosa y delirante, por momentos no podemos evitar estremecernos ante la pesadilla vívida que doblega a nuestro por siempre admirado Peter Cushing.



lunes, octubre 15, 2012

Tour vértigo, de Carolina Velasco (2012)





Un poco a la manera de Legs McNeil y Gillian McCain en su excelente y ya clásico libro Por favor, mátame: la historia oral del punk, la periodista Carolina Velasco ha compuesto el suyo dejando que sean las voces de los músicos por ella entrevistados los que conformen el texto. Eso sí, claro está, las preguntas formuladas así como la selección de las respuestas corren a su cargo, creando la sensación de que su intervención es mínima cuando en realidad es ella la que da forma real al libro. Una manera de hacer en la cual bajo la guía de la periodista nunca se omiten o malinterpretan las palabras de los músicos, aunque ya sabemos que por el solo hecho de ordenar las respuestas y elegir los fragmentos que podremos leer de alguna manera se está dando una imagen concreta que responde al objetivo del autor en la sombra.

Pero bueno, esto último nos importa un soberano pimiento. Lo importante es poder leer qué opinan los músicos sobre lo que se les pregunta. Y aquí nos hablarán sobre el proceso que todos los grupos deben seguir si llevan una carrera más o menos normal, que otros hay que ni de broma la llevan. Lo sé. La composición de las canciones, la grabación de un disco, las giras y la vida en la carretera, cómo se reciben las críticas… En fin, los entresijos más ocultos, el devenir diario y las dudas y certezas de los músicos que admiramos o no, pero siempre interesantes de conocer si en definitiva lo que te gusta es la música.

El título en sí mismo ya es fantástico: Tour vértigo. Según confiesa la autora, se lo sugirió el cantante del grupo Liars (Angus Andrew) al explicarle que es así como se sienten los músicos al terminar una gira: tal y como si uno sufriera un ataque de vértigo. Tras días de carretera, conciertos, entrevistas, convivencia con los compañeros de banda y un desarraigo continuo la vuelta a casa suele ser traumática. Al final para bien, pero en los primeros días acostumbrarse a la rutina habitual no es sencillo. Por muchos que algunos lo deseen.

Quizá lo mejor del libro sea comprobar cómo la realidad destruye todos los estúpidos topicazos que son repetidos hasta la saciedad, en especial aquellos que se refieren a supuesta vida loca llena de drogas y sexo de los grupos de rock. Al menos de aquellos que no gozan de un éxito bestial. Un grupo normal se desenvuelve entre la creación de sus canciones, los ensayos y los conciertos. Si se viaja de un lado a otro en la propia furgoneta no hay tiempo para demasiados desmadres. Eso queda para las leyendas prefabricadas y los escribas de medio pelo que les escriben las anécdotas. Bueno, y para los que ganan mucho, pero mucho dinero. Como los músicos que aquí son entrevistados, si bien son conocidos tampoco son lo que podríamos definir como del gusto popular, pues deben hacer lo que hacemos todos: trabajar si queremos que las cosas salgan bien. Si quieres dar un buen concierto, debes ir descansado y con las canciones más o menos bien aprendidas. El resto es para los que tienen chófer, cocinero y un puñado de mindundis dispuestos a hacerles de esclavos.

La lista de grupos o componentes de los mismos entrevistados es extensa. Confieso no conocer ni a la mitad. Hay representados muchos estilos. Entre mis favoritos están: Deerhoof, Warren Ellis, The Ex, Cosey Fanny Tutti, Faust, Miguel P. Núñez (autor de la portada, además), Alan Vega y Wire. Hay muchos más, desde el pop español más aburrido hasta gente de los no menos plastas Minor Threat o Fugazi (Ian McKaye). Ojo, que nadie se enfade que esto es una opinión sin importancia. He disfrutado lo mismo con sus respuestas que con las de los grupos que me gustan. Porque eso es lo más interesante de este libro: nos ayuda a conocer qué hay de verdad tras el trabajo de un grupo, y creedme que da igual el interés que su música pueda provocar.

Por afinar, me quedaría con las siempre geniales respuestas de Alan Vega, el gran ausente del libro que citaba al principio de este comentario, y por descontado las de la fascinante Cosey Fanny Tutti. Solo ella podría contestar a la pregunta de en qué lugares atípicos había grabado alguna vez un disco y contestar: “En un depósito de cadáveres.”

El libro de Carolina Velasco solo está disponible en formato digital. No se ha llegado a publicar en papel. Puedes encontrarlo a la venta AQUÍ.     

Si os apetece leer una entrevista a la autora, podéis hacerlo en esta página de Soviet Magazine.


domingo, octubre 14, 2012

Ciento volando # 2 y Pulimento



Pues ya tenemos el número 2 del fanzine Ciento volando. En esta ocasión el nexo de unión para todas las colaboraciones fue el extenso e interpretable término "Actualidad". Aunque algunos lo hemos ignorado de manera infame, en conjunto se ha respetado la idea original. Historietas, relatos, poemas, fotografías, ilustraciones, en fin, tan amplio e inabarcable como es habitual en este fanzine que ahora mismo podemos considerar todo un referente de este Cáceres que se niega a morir sin luchar. Dirigiendo el proyecto tenemos a cuatro espíritus tan grandes como inquietos: Elena Bautista, Ana Suárez, María Polán y Carlos González. Además de ellos, una pléyade de colaboradores que se renueva sin descanso: Loren, Genma González, Víctor M. Jiménez, Fran Aguilera, Borja González, Alberto Peral, Lara Pimienta, Kolejo, Miguelo Guardiola, OlgaZanaForever, Marcos Polo, César Rina, Fermín Solís, Mayte Alvarado, Lucía Solla, Nuria Cano, Juanma Bolaños, Érica Couto, Afrancesado, Diego del Moral, Antoine Belot, Roberto Carbajal, Lazy Juanma, The Buildings, Penélope Moreno, Juan Felipe Galindo, Jorge Municio, Pablo Municio y este espectro que os escribe.  

El regalo incluido en este número es una canica, o bolindre para los que somos de pueblo. 

Escribe a cientovolandofanzine@gmail.com si deseas hacerte con un ejemplar.

Se presentó en el Mercadillo de fanzines organizado por la Asociación Cultural Cabeza Pájaro. Un colectivo que está llenando de mala vida y acción las noches cacereñas. ¡Cómo se agradece! En el acto de presentación actuó el grupo Día X menos 60 con su sesión de ruido descriteriado habitual.  


También se presentó el fanzine Pulimento, una locura genial de Roberto Carbajal. Todos hemos dibujado y escrito miles de chorradas en nuestros libros de texto cuando éramos niños. Bueno, algunos de mayores también. Partiendo de esto, el autor nos propone un recorrido tan extraño como único por un universo formado de apuntes minúsculos, dibujos y textos que a lo largo de casi dos meses fue anotando en una libreta. El fanzine es una selección de los mismos. El resultado es una obra tan atractiva como por momentos difícil, divertida y visceral a un tiempo. O la amas o no podrás acercarte a ella ni a veinte pasos. A nosotros nos ha fascinado. Por eso la recomendamos absolutamente. Y no dejes de visitar su blog para descubrir los entresijos de esta original propuesta. Bueno, al menos algunos de ellos. 
   

viernes, septiembre 14, 2012

EAM # 31: Alicia en las ciudades, de Wim Wenders (1973)



La última entrega que he hecho por el momento para la página de cine El antepenúltimo mohicano corresponde al comentario sobre la película alemana dirigida por Wim Wenders en el año 1973 Alicia en las ciudades (Alice in den Städten). Mi favorita de Wenders con diferencia, al menos de las que he visto, que la verdad es que de sus últimas películas estoy que huyo un poco y no las quiero ver, vete tú a saber por qué. A pesar de que le eché toda la pasión que pude pues amo esta película, parece que lo que escribí no llegó a nadie. En fin, estoy en fase Philip Winter total. Puedes leer el comentario si te apetece




Phil, interpretado por Rüdiger Vogler, desesperado porque la realidad se le escapa. Sus fotografías no reflejan lo que él ve, todo es fantasmagoría y confusión vital.  


Menos mal que conoce a la niña Alicia (Yella Rottländer), un personaje aún más patético y solo que Phil. Porque Alicia no busca la soledad: su madre la ha abandonado en manos de un desconocido. Y sin embargo es ella quien insuflará nueva vida al desamparado Phil. La historia de cómo nace su amistad y cómo debe terminar nada más esta comienza a ser profunda es lo que narra Wenders en esta película prodigiosa. 






La cantante Sibylle Baier aparece en la película en un breve momento. La niña que sostiene en brazos es su hija en la vida real.


Fascinado por Baier se me olvidó comentar que la banda sonora de Alicia en las ciudades pertenece al grupo alemán Can, uno de los más importantes del krautrock y mi favorito junto a Neu! y Faust. Aquí acompañan con ritmos tranquilos y pausados las imágenes, lejos de ese caos terrorífico y genial que es su obra maestra Tago Mago (1971). 



jueves, septiembre 13, 2012

EAM # 30: Riff-Raff, de Ted Tetzlaff (1947)



Ay, que nadie piense que mi tardanza en volver a realizar una entrada en el blog es debido a que me he ido de vacaciones a algún lugar remoto y perdido a olvidarme de todo. Esto lo puedo hacer sin problemas desde el salón de mi casa. El problema es precisamente que no puedo estar en el salón de mi casa en bendita soledad y aislamiento del mundo. Pero bueno, no debo quejarme, que pronto volveré a ese estado amniótico y feliz. Por el momento, aquí va el enlace al comentario que escribí para El antepenúltimo mohicano sobre la magnífica película Riff-Raff, dirigida en 1947 por Ted Tetzlaff. Una serie b de la RKO, esa maravillosa productora cinematográfica cuyas películas siempre parecían ser eso: de serie b. Una muestra de cine negro cuyo inicio quita el aliento y su desarrollo es un auténtico placer. Puedes leer este comentario siguiendo el enlace:




El buenazo de Pat O'Brien hace aquí de tipo requeteduro como es de rigor en el género y Anne Jeffreys se debate, gracias a los vaivenes del guion, entre los gestos de mujer fatal y las miradas de niña educada en un colegio de monjas. Nos gusta en las dos versiones, claro, pero se hubiera agradecido más consistencia en la elaboración de su personaje. Eso sí, su presentación en la película es antológica: en las dos primeras capturas de pantalla es ella quien habla, dando la réplica el tío Pat en la tercera. Diciendo las palabras que todos hubiéramos dado un brazo por responder en esa situación.




En el fondo es una buena chica, pero vaya compañías que se gasta. Y compañías no de me tomo un té contigo y me voy, sino de esas de... Bueno, ya sabéis, mejor el té me lo tomo contigo en el desayuno. Nunca me ha pasao, pero así me han contado que pasa.


Walter Slezak hace de súper malo. Con esa cara de bebé inocente da un miedo que no veas.


Mientras él se dedica a dibujar en su cuaderno sus matones dan palizas a diestro y siniestro. Es un tío elegante, pero le gusta repartir leña. Bueno, que otros la repartan por él, que para eso es el jefe y el cerebro pensante de la banda. Sus secuaces son unos bodoques de cuidado. Ni hablan. ¿Para qué?


Podemos comprobar en el fotograma justo debajo de estas líneas que la paliza ya va por la mitad. Todavía queda un ratillo.


Hala, paliza finiquitada. Justo a tiempo para dejar el dibujín listo para enmarcar...


Anne también reparte lo suyo. Una de esas bellezas frías, gélidas, que tanto gustan en este tu blog. Bueno, el mío, pero el tuyo también si quieres, ya sabes.



lunes, agosto 20, 2012

EAM # 29: La muchacha de la sombrerera, de Boris Barnet (1927)



La muchacha de la sombrerera (Devushka s korobkoy, 1927), dirigida por Boris Barnet, es la última de las películas que he elegido para la serie de comentarios dedicados al cine cómico mudo soviético escritos y publicados en la página de cine de Emilio Luna El antepenúltimo mohicano. Una comedia romántica desternillante y emocionante a partes iguales, toda una obra maestra escondida que os enamorará a la primera oportunidad que le deis. Protagonizada por una colosal Anna Sten que las imágenes de esta película maravillosa nos devuelven viva, hermosa y genial para siempre. Puedes leer este comentario siguiendo el enlace








domingo, agosto 05, 2012

EAM # 28: La fiebre del ajedrez, de Vsevolod Pudovkin y Nikolai Shpikovsky (1925)



Segundo comentario del mini ciclo dedicado al cine mudo cómico soviético en la página de cine de Emilio Luna El antepenúltimo mohicano. La fiebre del ajedrez (Shakhmatnaya goryachka, 1925), una locura de 19 minutos de duración dirigida por Vsevolod Pudovkin y Nikolai Shpikovsky, es la maravillosa protagonista. Película de propaganda que en manos de estos genios trasciende cualquier mensaje y se transforma en una trepidante carrera en busca del amor. Claro que si ese amor es a la pareja o al endemoniado juego queda a elección del espectador, jajaja. Una trama sencilla en su desarrollo pero de una prodigiosa imaginación y una forma de contar en imágenes de una frescura atemporal. Y divertida a rabiar, porque es imposible verla sin desternillarse de la risa. Puedes leer el comentario y además ver la película entera siguiendo el enlace





Mientras la desesperada novia espera a que su enamorado llegue a su cita matrimonial, este se entretiene a cada segundo: se celebra el Torneo Internacional de Moscú de ajedrez y a cada paso surge una distracción.



Hasta pidiendo perdón uno puede perder la concentración en las cosas del amor si el pañuelo que se utiliza para no mancharse el pantalón con el sucio suelo es a cuadros blancos y negros...



La fiebre por el juego afecta a todos por igual: campesinos, urbanitas, jóvenes, viejos, policías, los malhechores a los que van a detener...


Hasta los niños más pequeños y sus orgullosas madres que los observan arrobadas. Como soporte para el tablero cualquier sitio es bueno. Un orinal es lo más apropiado si estamos con bebés.




Todo conspira para que nuestro héroe no pueda escapar del diabólico juego. La entrada de un edificio es un tablero gigante por el que se tambalea consternado.


Diversas figuras del ajedrez mundial aparecen en la película, pero es el Gran Maestro cubano José Raúl Capablanca quien tendrá un importante papel en el devenir de la historia. Eso sí, en el mundo del ajedrez será toda una figura mítica, pero en el mundo del cine no hubiera ido muy lejos con esa pequeña manía suya de mirar de continuo a la cámara... 


Locura, fiebre y diversión en esta película tan pequeña en duración como enorme en talento. Un regalo para los amantes del cine.