domingo, junio 17, 2012

EAM # 25: El sexto sentido, de Nemesio M. Sobrevila (1929)



Durante dos semanas en la página dedicada al cine El antepenúltimo mohicano el protagonista ha sido el cine español. Reseñas de diferentes películas, a ritmo de una por día, han formado un pequeño ciclo del cual yo me encargué, para variar, de las más antiguas del lote. Estaba difícil elegir solo dos, ese era mi caso, pero como también era imposible resultar representativo con cantidad tan exigua al final resultó hasta sencillo. Una de mis favoritas (al final la elegida fue El extraño viaje, pero bien pudo haber sido cualquier otra) y una más que sería esta pequeña joya recuperada de nuestro casi destruido en su totalidad cine mudo. 

El sexto sentido, dirigida por Nemesio M. Sobrevila en el año 1929, ni tan siquiera llegó a ser estrenada en los cines. Recuperada por la Filmoteca Nacional, fue anunciada como una película de vanguardia perdida y desconocida que tras décadas de oscuridad volvía a la vida. Y algo de eso hay, claro está, pero en esta película la vanguardia es objeto de mofa y cachondeo. La Verdad no está en la mirada alucinada de un filósofo borracho, sino en la limpia y sencilla de la gente común. El charlestón, el vino y los toros frente al arte, la vanguardia y la angustia vital. Sin embargo, que nadie se asuste: uno puede o no compartir el mensaje de esta película, pero lo que sí es cierto es que Sobrevila rodó con brío y brillantez una comedia dramática que a día de hoy podemos disfrutar con placer. Si quieres conocer más detalles acerca de ella, puedes leer mi comentario siguiendo el siguiente enlace:

 




Los ensayos del número musical en el teatro de la joven Carmen (Antoñita Fernández) tienen un toque accidentalmente surrealista maravilloso.


El fúnebre León (el director de cine Eusebio Fernández Ardavín) y el filósofo Kamus (Ricardo Baroja) ante ese invento que desvelará la Verdad al hombre si se lo deja libre: la cámara cinematográfica.


Preparados para ver los apenas cinco minutos de cine vanguardista que atesora la película, ni de lejos lo mejor de ella.


Aquí, lo que el ojo no ve es revelado por la cámara. Sobreimpresiones de la ciudad de Madrid, apenas tres o cuatro planos, que reflejan en conjunto a las vanguardias.


Y en el fotograma de más abajo, lo que a Kamus (en la película, él es la vanguardia) le interesa de verdad... 


Verdad que acaba siendo la mentira más denigrante y malévola. El secreto encerrado en los fotogramas de Kamus tienen la altura filosófica de un cotilleo en un corral de vecinos.


sábado, junio 16, 2012

EAM # 24: El extraño viaje, de Fernando Fernán Gómez (1964)



Os traigo hoy mi comentario a la fascinante película El extraño viaje, dirigida por Fernando Fernán Gómez en 1964, escrito para la página de cine El antepenúltimo mohicano. Terror gótico, España profunda, crímenes sin cuento y tristeza existencial en un cóctel perfecto. Sin duda una obra cumbre del cine español que podría batirse con cualquier clásico mundial. Una historia que refleja una sociedad enferma y reprimida con un marcado humor negro y una tremenda humanidad hacia sus protagonistas. Puedes leerlo siguiendo el enlace




Carlos Larrañaga interpreta a un pícaro galán que se meterá en un lío de mil demonios. En el fondo un pobre desgraciado al que las circunstancias y la necesidad lo llevarán a poner un pie en el abismo. Con su orquesta Los Guacamayos causa furor, eso sí.


Aunque no tanto como la impresionante Angelines (Sara Lezana), que baila rock'n'roll con la energía de un tornado. Hay quien no lo disfruta tanto, como podéis comprobar en el fotograma de más abajo...



Venancio (Jesús Franco) y Paquita (Rafaela Aparicio) representan a una clase noble infantilizada y recluida en su reducto señorial. Una pena también, porque no dejan de ser dos infelices atrapados en el castillo gótico de una malvada bruja. 


Ignacia (Tota Alba), la hermana mayor de los dos infelices, la bruja de este cuento de horror y miserias humanas, da mucho miedo, sí, pero creedme que es otra alma descarriada ahogada en la mediocridad de una España de luto, anís y misa de a doce.


La princesa del cuento es la inocente y dulce Beatriz (Lina Canalejas).  


 Espejito, espejito... ¿acaso no soy yo la más hermosa?

A ver quién es el valiente que le dice que no... 

viernes, junio 15, 2012

EAM # 23: Fantomas V - El falso magistrado, de Louis Feuillade (1914)



Último de mis comentarios al magistral serial Fantomas (Fantômas, 1913-14) dirigido por Louis Feuillade para la página de cine de Emilio Luna, El antepenúltimo mohicano. El falso magistrado (Le faux magistrat, 1914) cierra las aventuras del genio del mal con un final abierto. Sus aventuras ya solo continuarían en las novelas y en nuestra imaginación. El personaje se recuperaría en otras adaptaciones, pero esa es ya, como se dice, otra historia. He disfrutado lo indecible escribiendo estas reseñas por entregas tal que si de un antiguo folletín se tratase. Como ya he dicho en más de una ocasión, no pude pensar en mejor homenaje a una de las obras míticas de la época en la que el cine mudo comenzaba a convertirse en un gigante. Un titán que sería derribado sin misericordia por el descubrimiento de las técnicas sonoras. Una etapa de la vida de este arte que quedaba así acotada por el silencio. ¡Es maravilloso sumergirse en ella!

Puedes leer el comentario siguiendo el enlace



¡Fantomas (René Navarre)!




Este episodio final no está completo. Fragmentos perdidos han sido sustituidos por largos intertítulos explicativos, y hay una ocasión en que una de las escenas es representada por una fotografía. En otros momentos el daño del negativo se puede observar en las escenas conservadas.  


Aunque en conjunto no resulte una entrega tan apasionante como las tres anteriores, dispone de algunas de las secuencias más logradas e intensas de todo el serial. La del campanario, por ejemplo, es todo un prodigio de puesta en escena y dirección. La magia de Feuillade en estado puro.









Confío en que os animéis a ver este magnífico y emocionante serial. No otro objetivo he tenido al escribir sobre él. He procurado en todo momento que la pasión que he sentido viéndolo se trasladara a mis palabras. Espero haberlo conseguido. ¡Gracias a todos los que hayáis llegado hasta aquí!

sábado, junio 09, 2012

Historias mínimas 2 + El hombre alto



No sé si ha pasado mucho tiempo o en realidad ha sido poco. ¿A quién le importa la realidad? Lo cierto es que la espera se ha hecho una eternidad, pero aquí está al fin el número dos del fanzine Historias mínimas de Mayte Alvarado Simancas. ¡Una auténtica delicia!

Este número incluye dos historietas y una breves estampas. La historia más extensa es la titulada Mujer pájaro, donde como siempre, sin textos, Mayte desarrolla un instante en la vida de una criatura imposible. De belleza contenida y línea clara que se expande hasta un poético barroquismo, Mayte muestra una alucinante capacidad para fascinar nuestra mirada. Un mundo extraño y delicado en el cual nos hallamos atisbando un día en la vida de la mujer alada. En Cosas que dan miedo, por el contrario, nos encontramos con esos pequeños momentos a veces soñados, en ocasiones vividos, en los cuales el terror puede alterar nuestra existencia. Pero la mirada de Mayte se revela capaz de incluir una nota de humor en esta mínima antología de momentos terroríficos.

La otra historieta que completa este número es quizás mi favorita. El espejo está compuesta de seis viñetas a gran formato, apaisadas, que en su brevedad se muestra más que suficiente para narrarnos una historia en la cual la melancolía se nos presenta entreverada de horror. Una historia en la que la poesía se muestra frágil quebrada por la tristeza y, quizá, el desencanto de una vida solitaria. 


En conjunto, un número 2 magnífico que como siempre sabe a poco. Y no porque sea poco lo que nos ofrezca, sino porque lo hermoso nunca deja de parecernos breve. 

Menos mal que lo bueno no viene solo. Los ninjas polacos, nombre bajo el que se presentan nuestros dos héroes de hoy, Mayte Alvarado y Borja González, nos traen otra publicación que es otro regalo: El hombre alto


Borja González aparca momentáneamente su fanzine Roland para ofrecernos este cuento clásico que, como es de rigor, nos susurra en voz baja una historia en la que lo bello y lo extraño se vuelven a dar la mano. Bebiendo de las narraciones infantiles más tradicionales, aquellas que resultaban tan terroríficas que hoy solo conocemos en sus versiones más edulcoradas, Borja desgrana un cuento cruel y terrible que conmueve el corazón y estremece el espíritu. ¡Cómo no nos va a gustar! Es imposible.

Recomendación absoluta de este vuestro oscuro blog, Historias mínimas y El hombre alto podéis conseguirlos bien en los puntos de venta que se indican en su blog Los ninjas polacos o bien pidiéndolos por correo a sus autores. Para esto último también habréis de visitar su mentado blog. Hacedlo y no dejéis de echar un tranquilo vistazo. No querréis iros de allí jamás.      


martes, junio 05, 2012

EAM # 22: Fantomas IV - Fantomas contra Fantomas, de Louis Feuillade (1914)



La cuarta entrega del serial Fantomas (Fantômas, 1913-14) dirigido por Louis Feuillade es el titulado Fantomas contra Fantomas (Fantômas contre Fantômas, 1914). ¿El genio del crimen por partida doble? ¡No! Nos encontraremos hasta tres Fantomas compartiendo secuencia en un delirio de construcción diabólica. En la página de cine de Emilio Luna El antepenúltimo mohicano encontrarás mi comentario a este magnífico episodio. Puedes leerlo siguiendo el enlace




Paulet no tiene inconveniente en cargarse a un mensajero bancario a martillazo limpio. No es de extrañar pues que pronto pase a formar parte de la banda de Fantomas.


La policía francesa destaca por dos cosas: por ser incapaz de detener a Fantomas y por lucir unos impresionantes bigotes.


¡La pared que sangra!


Fantomas bajo su disfraz de Tío Moche, usurero que lidera toda una banda de malhechores sin cuento. Aquí ocultando el botín robado, que no es otro que el dinero conseguido en una suscripción pública que recauda fondos para ayudar a detener al famoso criminal. Suscripción esta que, en el remate de la ironía, ha sido propuesta por... ¡el propio Fantomas! 


El pobre Juve, el policía que persigue incansable a Fantomas, es raptado por la banda de este. Creen que Juve es Fantomas. ¡Vaya lío de mil demonios!


Juve lo pasa fatal en este episodio, pero en el momento más crítico encontrará la ayuda de su compañero de aventuras el periodista Fandor: una voz que le habla a través de un agujero en un tonel.


Juve, con el apoyo de Fandor, consigue engañar a todos los secuaces de Fantomas. El reencuentro de nuestros dos héroes luchando mano a mano contra la imposible pandilla de criminales es uno de los momentos más emocionantes del serial. Fantomas escapará, cómo no, porque aún falta un último episodio... 

martes, mayo 29, 2012

La investigación, de Stanislaw Lem (1958)


En la Inglaterra de los años 50 los muertos deciden ponerse en pie y comenzar a caminar. Poco y mal, eso sí, que para algo estamos en una novela del polaco Stanislaw Lem (1921-2006) y no en otra más de esa legión de engendros que ahora mismo, peores que los zombis que las protagonizan ellos mismos, se reproducen en las librerías, en internet, en la televisión y a la que te descuidas hasta en el salón de tu casa. Lem funde en esta novela relato criminal, crisis metafísica, tíos raros a cada tres páginas y ambiente kafkiano a mansalva. A mi gusto nada de ello bien, pero a ratos nada mal.

Lem comenzó a escribir La investigación (Sledztwo, 1958) sin tener ni idea de qué iba a contar ni cómo desarrollaría la trama. Una huida hacia adelante que nunca terminó de encontrar el norte. Sí, ya lo sé, que Lem es muy inteligente y escribe muy bien y etc., y gracias a esto la primera mitad, más o menos, de la novela se lee de manera apasionada y con verdadero placer. Lo malo es que se le atasca y comienza a dar vueltas sobre sí misma, los personajes se ponen a hablar unos con otros sin parar de cosas que no nos importan lo más mínimo y, por mucho que intente disimularlo con parrafadas intelectualoides, en el fondo se nota demasiado que se le perdió la brújula y fue el piloto automático lo que le permitió llegar al final. Como relato criminal resulta confuso y las explicaciones que se van ofreciendo son en muchos casos irrisorias. Como relato de conversaciones así como metafísicas y profundas pues casi que lo mismo (aunque tratándose de Lem nadie se atreverá a decirlo), siendo en el apartado “quiero ser como Franz Kafka” donde Lem consigue algunas de las mejores páginas de este libro, sobre todo aquellas en las que se nos cuentan las noches en vela del protagonista, el detective de Scotland Yard Gregory. La mansión en la cual se aloja invadida por la noche y conmovida por ruidos inexplicables genera uno de los momentos más increíbles y alucinatorios de la novela, el de Gregory escuchando a través de la pared de su dormitorio los ruidos provenientes de la habitación de su casero: un fragmento que por sí solo conformaría un excelente relato de terror. El problema es que dentro del conjunto cada vez que aparecen el casero y su no menos imposible esposa la sensación de que estamos en el interior de un libro diferente es poderosa. 

El meollo de La investigación no es tanto el caso que se está investigando, que pronto pasa a un segundo plano, sino más bien cómo al final Gregory se enfrenta a sus problemas e intenta dar luz a lo que no la tiene. Por esto todas esas palabras con el prefijo meta que encontraréis en las críticas de este libro. Gregory es analítico y observador, pero su carácter dubitativo y débil le imposibilita obtener conclusiones, ni tan siquiera muestra la fuerza necesaria para comenzar a defender alguna cuando de manera vaga comienzan a formarse en su mente. Lo ve todo, lo observa todo, pero está ciego. Tiene ante sí todos los datos, pero es incapaz de ir más allá y se deja guiar por su instinto. Este no es su terreno y duda, titubea y no avanza. Solo da vueltas alrededor de una idea y se aferra a ella sin creer que sea la solución correcta, o quizá sin querer creerlo. Es un observador nato que cuando quiere actuar no sabe cómo hacerlo. Al final hasta elude sus funciones como policía evitando acudir personalmente a los lugares donde se descubren nuevos cadáveres. Él mismo podría ser uno de esos muertos que se levantan y se ponen a caminar sin saber por qué, por inercia, porque la vida le impide seguir tumbado en su ataúd.

Vericuetos, meandros y detalles jalonan la historia que parece dar vueltas, como ya he comentado, más alrededor del mundo extraño que se desenvuelve entre la penumbra que rodea a Gregory que del caso que investiga. Este podría ser uno más de los acontecimientos inexplicables que pueblan su existencia, una pesadilla vívida en la que camina como avanzando a través de un muro de melaza.

Por ahí, de vez en cuando, asoman algunas constantes temáticas de Lem, como su ya clásica teoría de la imposibilidad de contacto con vida extraterrestre debido a la natural incomprensión con los humanos (y viceversa), pero de una manera tímida y entremezclada con otras ideas que más que aclarar la historia la oscurecen. Por momentos se le nota demasiado que está improvisando sobre la marcha y nos suelta lo primero que se le ocurre para explicar los extrañísimos acontecimientos a los que se enfrenta el kafkiano inspector Gregory. De ahí la sensación de que no explica nada cuando en realidad lo que hace es explicar demasiado enredándose sin solución.

Grandes momentos aislados ayudan a apreciar esta novela, que por fallida acaba resultando más que simpática tratándose de un escritor al que admiramos y queremos tanto como Stanislaw Lem.

LEM, Stanislaw. La investigación. Traducción de Joanna Orzechowska. 1ª ed. Madrid: Impedimenta, 2011. 242 p. ISBN 978-84-15130-10-9.  

domingo, mayo 27, 2012

EAM # 21: Fantomas III - El muerto que mata, de Louis Feuillade (1913)



Comentario al tercer episodio del serial Fantomas (Fantômas, 1913-14) dirigido por el gran Louis Feuillade. En la página de cine de Emilio Luna El antepenúltimo mohicano se desvelarán los secretos de esta tercera entrega, El muerto que mata (Le mort qui tue, 1913). Dejando a un lado la aventura trepidante y la acción desmedida, Feuillade y los suyos ofrecen en esta ocasión un relato más sosegado centrado en una trama de misterio criminal que, sin renunciar a su carácter folletinesco, resulta inteligente y cuidada, plena de emoción y minuciosidad. Su pausado, que nunca aburrido, desarrollo encierra una sorprendente y más que macabra resolución. ¡Una maravilla!  

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